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Del "cagón de mierda" de Cristiano a los gestos de llorón de Busquets

En ausencia del protagonista estelar de los últimos clásicos, el técnico portugués José Mourinho, el Barcelona-Real Madrid disputado el sábado en el Camp Nou no fue tan bronco como en anteriores ocasiones, pero sí nuevamente polémico, lo cual no habla nada bien de los dos grandes del fútbol español y únicos aspirantes a ganar la Liga.

Aunque el árbitro del partido, el navarro Undiano Mallenco, repartió errores, el más decisivo pudo ser no pitar un claro penalti de Mascherano sobre Cristiano sobre el que se centraron las quejas madridistas. Mientras, desde el lado culé se protestó un penalti de Pepe sobre Cesc. A falta de fútbol, con un Ancelotti temeroso en su planteamiento y un Martino que no dudó el plegar velas cuando el Madrid al fin soltó amarras, el protagonista principal del clásico acabó siendo el árbitro.

Tal y como captaron las cámaras de Cuatro, Cristiano hizo gestos al árbitro recriminándole que no hubiese pitado el penalti y le gritó "¡eso no, cagón!" y "¡cagón de mierda!". Según reflejó en el acta, Undiano mostró tarjeta amarilla al jugador del Real Madrid por "formularme observaciones sobre una jugada, en desaprobación a una de mis decisiones". Sin embargo, no escribió nada sobre los insultos y las desconsideraciones del luso a él y a uno de sus asistentes.

Pero ahí no quedó la cosa. Después de que Alexis anotara el 2-0, Cristiano volvió a dirigirse al árbitro navarro para decirle en varias ocasiones "¡pita allí, pita allí!", señalándole muy enfadado el área azulgrana. Y entonces entró en escena Sergio Busquets. Mientras el madridista se quejaba amargamente a Undiano, el azulgrana se dedicó a hacerle gestos con la mano llamándole llorón, aunque Cristiano pareció no darse cuenta y el asunto no fue a mayores.

Cuando Undiano señaló el final de la contienda, CR7 abandonó el césped del Camp Nou haciendo con la mano el gesto de 'robar', algo que ya había hecho en otra ocasión, y le indicó a Puyol que el resultado tenía que haber sido de 1-1, en referencia de nuevo al penalti no pitado. Después llegaría el triste cruce de declaraciones, pero si hay dos equipos en la Liga que nunca debería quejarse de los árbitros con Madrid y Barça. Sobre todo porque al resto no se les consiente lo que a ellos. 

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