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La caída de Liu Xiang en los Juegos de Londres fue un cuento chino

La sonada caída del vallista chino Liu Xiang, que ahora, según se ha revelado, no fue tan inesperada como se creía y fue considerada un "secreto de Estado" que obligó a actuar a la censura comunista. Así lo desvela estos días el diario independiente South China Morning Post, quien ha conseguido que un directivo de la televisión estatal china CCTV admitiera que responsables deportivos chinos y locutores de los Juegos en el canal ya sabían que Liu llegaba lesionado a Londres, pero fueron obligados a no revelarlo.

Cuatro días antes de que Liu corriera, se instruyó a los locutores de la CCTV, encargados de relatar los Juegos de Londres a los espectadores chinos, que no mencionaran en ningún caso que Liu estaba lesionado en el tendón de Aquiles del pie derecho (un problema crónico del corredor) debido a un excesivo entrenamiento en Alemania, en las semanas previas a la competición olímpica.

"Se dieron instrucciones a nuestros compañeros diciendo que debía considerarse ya una victoria que Liu apareciera en la línea de salida", contó el responsable del canal estatal, quien no dio su nombre por lo delicado del asunto. Liu, en efecto, apareció en la línea de salida, aparentemente relajado, y lo ocurrido después ya es historia: Tras caer estrepitosamente en la primera valla de la primera serie, acabó brindando una de las imágenes de los Juegos al recorrer simbólicamente a la pata coja los 110 metros de la carrera y besar la última de las vallas.

Era el segundo "drama olímpico" del corredor de Shanghai, que cuatro años antes había protagonizado un incidente parecido. Lesionado también en la víspera de los Juegos de Pekín 2008, se presentó en la línea de salida pero en esa ocasión ni siquiera llegó a la primera valla y se retiró llorando de dolor, también lesionado en ese tendón de Aquiles derecho que tan a menudo ha malogrado su carrera. En esta ocasión, sin embargo, se ha revelado que buena parte del entorno de Liu sabía que se iba a producir un nuevo drama, algo que en las redes sociales de China circulaba ya como un rumor desde el 7 de agosto, y que finalmente ha confirmado la prensa.

"Liu Xiang lo sabía, la CCTV lo sabía... Sólo la audiencia estaba esperando, inocentemente, que ocurriera un milagro", comentó el diario Oriental Guardian tras conocer las revelaciones de "South China Morning Post". La reacción de los chinos al escándalo no se ha hecho esperar, y apenas un día después de la publicación de la noticia, en la red social Sina Weibo, la más popular del país, hay dos millones de comentarios relacionados sobre el tema, la mayor parte críticos con la televisión estatal y hasta con el Gobierno.

"En China las cosas sólo las saben los líderes y engañan a los ciudadanos, están abusando de nosotros. Liu Xiang no tiene la culpa", asegura uno de ellos, que firma como Laotan Luoluo y también apunta a los patrocinadores deportivos del atleta: "En sus ojos sólo hay interés", afirma. Otro mal parado por el escándalo es el locutor de atletismo de CCTV, Yang Jian, quien tras la caída de Liu lloró en directo y dedicó grandilocuentes palabras al suceso. Al conocerse que Yang era uno de los que sabía de la lesión de Liu, ahora circula la acusación de que sus lágrimas y sus frases de conmiseración estaban escritas en un guión.

"Las lágrimas del presentador estaban preparadas, la vida es como un teatro", señaló al respecto el internauta Lin Chunlei. Hasta uno de los locutores olímpicos de CCTV, Han Qiaosheng (encargado de la natación) se ha unido a las críticas a la propia empresa, señalando en su microblog personal que "la obra de teatro de CCTV ha sido ridícula". Han aseguró incluso que Yang tenía "cuatro guiones preparados" ante el más que esperado fracaso de Liu, aunque "nadie imaginó que acabaría de un modo tan triste".

Hay que decir, no obstante, que la censura en torno a la lesión de Liu previa a Londres no fue completa, y su entrenador, Sun Haibing, comentó a su llegada a la capital británica que no sentía buenas vibraciones ante el estado físico de su pupilo. Todo el asunto no hace sino aumentar la fama del vallista de 29 años, iniciada al conseguir en Atenas 2004 el oro en los 110 metros vallas, una disciplina en la que los corredores asiáticos raramente habían destacado.

La leyenda de Liu aumentó en los Mundiales de Osaka 2007, cuando ganó otro oro, pero tras Pekín y Londres esta leyenda se ha ennegrecido. Más si a ello se le suma que en Daegu 2011 perdió en los últimos metros el oro y tuvo que conformarse con la plata, debido a los agarrones de uno de sus grandes rivales de la última década, el cubano Dayron Robles. 

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