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De Chile a Japón: seis pizarras españolas dan lustre a nuestro balonmano en el Mundial

Mateo Garralda, durante el duelo de Chile contra Bielorrusia.

El Mundial de balonmano 2017 que se desarrolla en Francia habla español, al menos en los banquillos. Con la presencia de hasta seis técnicos españoles al frente de otras tantas selecciones (un cuarto de los equipos participantes en el campeonato), el sello nacional es inequívoco.

Un dato que habla del reconocimiento internacional de los entrenadores españoles, que en los últimos años no sólo ha ido multiplicando su presencia en distintas selecciones, sino que también ocupan los banquillos de algunos de los principales clubes del mundo.

Una escuela nacional de entrenadores por la que han pasado desde el seleccionador español Jordi Ribera al entrenador de Japón Antonio Carlos Ortega, sin olvidar, como no, a Valero Rivera, que tras llevar en 2015 a Catar al subcampeonato mundial intentará consolidar en Francia al equipo catarí entre la elite.

El mismo objetivo que comparten Talant Dujshebaev, que dirigirá a Polonia, y Xavier Sabaté, máximo responsable de la selección húngara, mientras que Mateo Garralda intentará hacer historia con Chile y buscará por primera vez la clasificación para los octavos de final del país andino.

Una lista a la que podría haberse unido un séptimo nombre, el del exseleccionador español hasta el pasado mes de septiembre, Manolo Cadenas, que rechazó el ofrecimiento de dirigir en Francia a la selección de Baréin, un equipo al que clasificó para la cita mundialista otro técnico español, Fernando Barbeito.

Una "complejidad táctica", como la definió el propio Cadenas, que ha dotado a la escuela española de entrenadores de una personalidad propia y claramente reconocible en el concierto internacional. Durante muchos años el balonmano español se definió por la defensa 6-0 y el contraataque y a partir de ahí se fue creciendo en tanto en el orden táctico como técnico y físico hasta el desarrollo del juego con los pivotes, que ha creado escuela mundial. La capacidad de jugar con el pivote del todo el equipo, sobre toda esa conexión en el eje central entre el central y el pivote, sobre la que gira todo el juego de ataque, es una característica que distingue a los entrenadores españoles.

Un estilo de juego que, con distintas variantes y protagonistas, ha convertido al equipo español en un valor seguro como atestiguan las doce medallas -2 oros mundiales, 4 platas europeas, 3 bronces olímpicos, 2 bronces europeos y 1 bronce mundialista- conquistadas por los "Hispanos" en las dos últimas décadas.

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