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La duda existencial de la ACB: ¿con la Champions League de los pobres o en la Euroliga de los ricos?

Sergio Rodríguez, del Real Madrid, en un duelo europeo.

La guerra civil FIBA-Euroliga mantiene dividida a la Europa de la pelota naranja, con ambos bandos pidiendo a sus aliados que se identifiquen públicamente y a los neutrales que corran a posicionarse. La esperada asamblea general de la ACB celebrada este martes en Barcelona, que debía clarificar el posicionamiento de los clubes españoles respecto al conflicto, acabó sin embargo sin concretar decisión alguna.

Los dieciocho clubes en bloque han optado por aplazar su postura final hasta conocer la evolución y concreción total de ambos formatos, sobre todo de una Basketball Champions League que ya está abocetada y que Patrick Baumann, secretario general de la FIBA, sigue pretendiendo bautizar el 21 de marzo en París.

La nueva Liga de Campeones, que busca ser competencia de la Euroliga, contará en su fase regular con 32 equipos que accederán a la competición por méritos deportivos y disputarán eliminatorias de ida y vuelta antes de acceder a la Final Four. La FIBA cuenta ya con el compromiso de trece ligas en su cruzada, entre las que se encuentran las de Francia, Italia, Turquía, Grecia, Israel, Lituania, Bélgica, Polonia y la República Checa

La ACB como ente colectivo prefiere esperar, pero en Valencia y Bilbao se acercan a la FIBA

La Euroliga, en cambio, reducirá la participación de 24 a 16 equipos. Once de ellos (entre los que se encuentran los españoles Barcelona Lassa, Real Madrid y Laboral Kutxa) tendrían plaza fija, mientras que otro billete sería para el campeón de la Eurocup, uno más para el vencedor de una fase previa y otros tres irían destinados a wild cards. Todo ello bajo el paraguas millonario del contrato firmado con la empresa IMG.

Valencia Basket y Dominion Bilbao Basket han sido tanteados con bastante éxito por la competición escindida, y parecen abiertos a unirse a la FIBA. Unicaja de Málaga, también sondeado por Baumann, tiene mucho menos clara su postura a día de hoy, pese a ser el damnificado más sorprendente cuando se anunció la lista de captados por la Euroliga, que le dejó fuera tras dieciséis participaciones consecutivas en la élite.

Sólo faltan cuatro torneos domésticos por decir en qué competición participarán la próxima temporada: la ACB, la Bundesliga, la VTB United League (integrada por equipos rusos y de países colindantes) y la Liga Adriática (que conjuga a escuadras de la órbita balcánica). Todas ellas están a la espera, sobre todo, de que la Euroliga defina los criterios que prevalecerán para otorgar esas tres últimas invitaciones y de que se concreten al detalle las contraprestaciones económicas.

No es descartable que más ligas, entre ellas la propia ACB, se vean en la misma tesitura que turcos o italianos, que ahora mismo juegan a dos bandas, alineados como bloque con una de las partes (FIBA) pero ligados con contratos individuales a la otra (Euroliga). En el caso del Emporio Armani Milano y su conflicto con la federación transalpina, por ejemplo, se ha rumoreado incluso con amenazas de expulsión de la competición liguera.

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