Defensa

Europa estudia 'otanizar' sus tropas para dar apoyo a Ucrania tras firmar un acuerdo de paz

Uno de los planteamientos principales que estudian los aliados europeos en Ucrania requeriría reformular el espíritu de sus misiones militares

  • Militares del Ejército de Tierra, en una imagen de archivo -

Aún en una fase incipiente del debate de rearme y propuesta militar, Europa estudia las diferentes opciones que tendría a su alcance para dar apoyo a Ucrania una vez se alcance un acuerdo de paz con Rusia. La reunión que esta misma semana se ha celebrado en París con todos los jefes de las Fuerzas Armadas europeas -incluido el español, almirante Teodoro Esteban López Calderón- es prueba de ello. Entre esas opciones figura el despliegue de una capacidad militar de envergadura en Ucrania, similar a los que la OTAN mantiene en otros países del entorno, donde desempeña funciones de disuasión ante la amenaza rusa.

Se trata de una propuesta embrionaria, pero que los principales dirigentes europeos ya sopesan. Ante la evidente retirada del apoyo de Estados Unidos, se han erigido como ‘cabezas visibles’ de la estructura militar del Viejo Continente sus dos potencias nucleares: Reino Unido y Francia. No obstante, el primer ministro británico, Keir Starmer, choca con los puentes rotos del brexit, dejando el papel de líder en la reconstrucción a su homólogo francés, Emmanuel Macron.

Sobre la mesa hay dos asuntos en juego: el rearme de Europa ante las crecientes tensiones con la OTAN de Donald Trump y la posibilidad de desplegar una misión militar en Ucrania en caso de prosperar las negociaciones. Éste último punto es particularmente sensible, teniendo en cuenta las exigencias que Rusia está planteando a Estados Unidos, rechazando de plano cualquier intervención militar sobre el terreno de alguna estructura que se asemeje a la Alianza Atlántica.

Las fórmulas previstas

Según ha podido saber Vozpópuli, una de las opciones que contemplan los socios europeos sería la creación de una coalición internacional ajena a la OTAN y a la Unión Europea, que desplegase sus capacidades en Ucrania con el objetivo de salvaguardar el cumplimiento de los acuerdos firmados entre Kiev y Moscú bajo la batuta de Washington.

Fuentes militares recuerdan que existen precedentes similares en tiempos recientes, como lo es la Coalición Internacional contra el Daesh, que desde hace una década opera en Siria e Irak para minimizar la amenaza terrorista: se trata de una alianza internacional ajena a la Alianza Atlántica o a Bruselas, constituida para un fin específico y que integra naciones americanas, europeas, africanas, asiáticas y oceánicas.

En este caso cabría descartar que la misión en Ucrania fuese únicamente bajo bandera de la Unión Europea, teniendo en cuenta que Reino Unido es una de las naciones con una posición más firme a favor del despliegue de tropas sobre el terreno y que su incorporación, en ese caso, se daría por segura, extendiendo el paraguas más allá de la UE. O, en todo caso, una misión de la Unión Europea que incluyese también tropas británicas.

'Otanizar' la misión

Las mismas fuentes militares sostienen que, en caso de que prosperase esta propuesta, Europa debería ‘otanizar’ su despliegue, teniendo en cuenta que la Unión plantea la mayoría de sus despliegues internacionales desde el punto de vista de la instrucción o asesoramiento. Los casos más conocidos han tenido lugar en África, donde se ha formado a las tropas locales en su lucha contra el terrorismo. O, más recientemente, en la misión de instrucción a tropas ucranianas en territorio europeo: España ya ha formado a más de 7.000 combatientes que se han enfrentado al ejército de Putin.

Por eso, Europa debería acondicionar sus estructuras más habituales a las acostumbradas en la OTAN, dedicadas a la disuasión y defensa en espacios críticos. Cabe recordar que la Alianza Atlántica ha multiplicado su presencia en su flanco este desde la invasión de Rusia sobre Ucrania. España lidera el contingente de Eslovaquia, y está presente con capacidades -terrestres, aéreas y marítimas- en Rumanía, países bálticos o Mediterráneo.

Las otras alternativas que se manejan en Europa pasan por el despliegue de observadores militares -lo que requeriría menor músculo militar, pero que no tendría el mismo efecto disuasorio- o una operación de instrucción sobre el terreno, similar a las ya citadas de la UE y que supondría también la participación de un número considerable de tropas, aunque no tan elevado como el primer planteamiento.

Opciones que aún no han pasado más allá de las conversaciones y que aún deberán someterse a la adaptación de las capacidades que cada nación estuviese dispuesta a aportar. Y, sobre todo, a un acuerdo de paz entre Ucrania y Rusia. Pero que van cogiendo forma para contar con una capacidad de respuesta ante cualquier desenlace posible.

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