Defensa

El Gobierno estudia aumentar un 16% la plantilla militar ante el pulso de Trump y la crisis de la UE

El Ministerio de Defensa planea incorporar 20.000 efectivos en años próximos para mantener la operatividad de las Fuerzas Armadas y los despliegues en el mundo

  • Ingenieros del Ejército de Tierra, en una imagen de archivo -

España necesita más músculo militar para hacer frente a las misiones asignadas a las Fuerzas Armadas y mantener la operatividad de las mismas, tanto en el exterior como en territorio nacional. Los planes del Ministerio de Defensa contemplan un refuerzo de, al menos, el 16% de la plantilla en Ejército de Tierra, Aire y Armada, así como en cuerpos comunes, hasta alcanzar la cifra de 140.000 efectivos. Un incremento de las capacidades que coincide con el creciente debate sobre la autonomía estratégica de la Unión Europea en materia de Defensa y las presiones de la OTAN para aumentar la inversión armamentística.

La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca ha sacudido el tablero en términos militares. Estados Unidos manifiesta su intención de dejar de apoyar a sus aliados si éstos no incrementan sus partidas de Defensa, incidiendo en la posición de la Unión Europea. Y, en este escenario, los focos se centran en los países a la cola en inversión. España, con un 1,29% del PIB, es uno de ellos.

Washington, además, negocia en línea directa con Vladimir Putin para poner fin a la guerra de Ucrania. Las negociaciones dejan fuera a Bruselas y Kiev, y aún está por determinar las condiciones de un hipotético acuerdo, aunque toda posibilidad pasa por una cesión territorial en favor de Moscú. En esas, Volodimir Zelenski apela a Europea y pide la creación de una fuerza militar común en la Unión.

¿Es viable esta posibilidad? ¿Qué capacidades debería aportar cada uno de los Estados miembro? Numerosos factores -principalmente políticos- obstaculizan la creación de un cuerpo común, aunque sí hay iniciativas para contar con una fuerza de despliegue compartida. No se debe olvidar que, además, Bruselas cuenta con varias misiones militares internacionales, la mayoría de ellas en territorio africano y en las que también participa España.

En cualquier caso, la demanda de los principales socios y aliados, tanto en la UE como en la OTAN, emplazan a un notable refuerzo militar para hacer frente a futuros desafíos y amenazas. Informes internos -como el recientemente desvelado por Dinamarca- denuncian el hambre expansionista de Vladimir Putin y la posibilidad de que en el futuro ataque posiciones de la Alianza o de la Unión.

Las cifras de personal

El incremento presupuestario que afronta España -insuficiente a ojos de la OTAN- supone el refuerzo de las capacidades militares por tierra, mar y aire: fragatas y submarinos para la Armada; cazas de combate, incluido el futuro FCAS de la UE, para el Ejército del Aire y del Espacio; o los vehículos 8x8 para el Ejército de Tierra. A todo ello habría que gestionar las nuevas capacidades de las Fuerzas Armadas, en los ámbitos espaciales y ciberespaciales.

Para mantener la operatividad de estas capacidades, el Ministerio de Defensa contempla, además, un incremento de personal de las Fuerzas Armadas, que actualmente suman 123.067 efectivos, tal y como consta en un informe elaborado por la Secretaría Permanente de Igualdad con datos de la Dirección General de Personal del Ministerio de Defensa. Del total, 77.003 corresponderían al Ejército de Tierra; 21.498, a la Armada; 21.347, al Ejército del Aire y del Espacio; y 3.219, a los cuerpos comunes.

España contempla un refuerzo de al menos 7.500 efectivos antes de que concluya la presente década, tal y como estipula el Objetivo de Capacidades Militares (OCM) del Ministerio de Defensa, ya elevado a Presidencia del Gobierno. La cifra aumentaría hasta los 20.000 militares si se tiene también en cuenta la década de 2030. Respecto a los 123.067 que actualmente integran las Fuerzas Armadas, supondría un incremento del 16,25%.

Misiones en el exterior

Con este incremento de personal no sólo se prevé mantener la operatividad en las Fuerzas Armadas, también atender a las misiones en el exterior ante un mundo cada vez más convulso. Cabe recordar que recientemente España rechazó participar en una misión naval en el Mar Negro liderada por Estados Unidos ante los continuos ataques de milicias hutíes alegando que nuestro país estaba presente en tantos despliegues internacionales como le permitían sus capacidades, así como la proximidad de la misión Atalanta de lucha contra la piratería en aguas del Índico.

El grueso de las capacidades militares de España en el exterior atienden a misiones de la OTAN. Medios navales integran los despliegues Sea Guardian, de seguridad marítima y lucha contra el terrorismo, en el Mediterráneo, así como las SNMG/SNMCMG, de respuesta ante situaciones de crisis en el Mediterráneo y en el mar báltico.

También se contribuye con medios terrestres en el despliegue del flanco este de la OTAN, con unidades en Letonia, Eslovaquia y Rumanía. El Ejército del Aire y del Espacio contribuye a las labores de policía aérea de la Alianza en Rumanía y, habitualmente, en los países bálticos.

Bajo bandera de la ONU se desarrolla la misión UNIFIL en el Líbano, actualmente liderada por España, y a la que nuestro país contribuye con 670 efectivos. Con la Unión Europea se mantienen capacidades en República Centroafricana, Somalia, en el Índico y en Mozambique -así como una testimonial, con tres efectivos, en Bosnia-. España también participa en varias misiones bilaterales o de seguridad cooperativa en África y en la Coalición Internacional contra el Daesh en Irak.

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