La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio -más conocida como NASA- se muestra pendiente al acercamiento de un asteroide a la Tierra. Esto es más frecuente de lo habitual. El espacio se encuentra repleto de lo conocido como 'basura aeroespacial', que no es más que piezas o restos dejados por el ser humano en el espacio. Pero es evidente que este no es el caso de los asteroides, objetos rocosos que orbitan alrededor del Sol, al igual que hacen los mismos planetas.
Así, la Agencia Espacial Europea -ESA- también ha movilizado sus sistemas de observación y seguimiento de cara al próximo 2032, año en el que se espera el impacto del meteorito en caso de producirse. Así, el asteroide mide entre 40 y 90 metros de diámetros, datos que permiten a las autoridades afirman que no causaría una catástrofe global. Pero también es importante poner estos datos en perspectiva: la ESA y la NASA advierten tan solo hay un 1,5% de posibilidades de que el impacto se produzca.
Una "atención especial" al asteroide
"Se está simplemente informando de que, como expertos y por nuestros protocolos, tenemos que poner una atención especial a este asteroide particular". Así lo ha explicado Juan Luis Cano, coordinador del servicio de información de la Oficina de Defensa Planetaria de la ESA. Además, también ha puesto en valor que sigue habiendo "un 98,5% de posibilidades de que no impacte con la Tierra, no queremos transmitir un mensaje catastrofista a la sociedad".
Pero además de conocer las dimensión del meteorito, también ha sido posible conocer las zonas donde podría producirse el impacto y podrían estar en peligro. Estas son el océano Pacífico oriental, el norte de Sudamérica, el océano Atlántico África, el Mar Arábigo y el sur de Asia, donde "en el improbable caso de un impacto" se producirían daños graves por explosión.
La primera vez que ocurre
A pesar de que las autoridades hacen énfasis en que no hay necesidad de que cunda el pánico, y en que el impacto es más que improbable, sí es cierto que los protocolos de aviso aplicados desde 2018 es la primera vez que se activan. Los diversos equipos de profesionales se mantienen pendientes, y tienen prevista una nueva reunión para evaluar la situación el próximo mes de mayo. Si en ese momento el riesgo de impacto sigue por encima del 1 % y su tamaño es de más de 50 metros, empezarían a discutirse las medidas a tomar.