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Una revista científica internacional reprocha a Rufián su falta de modales políticos: "No hay nada igual en toda la UE"

El portavoz de ERC en el Congreso de los Diputados, Gabriel Rufián.

"No hay nada parecido en toda la UE". Es una de las conclusiones del estudio científico sobre los modales y malas maneras de Gabriel Rufián, diputado de ERC, en el Congreso, publicado en sciencedirect.

La revista 'Journal of Pragmatics' ha publicado un estudio sobre este ejemplo "único" en la UE. En otra de sus conclusiones, el estudio tilda al diputado de "esencia de la descortesía". "No hay nada igual en toda la UE", ha afirmado el profesor en declaraciones a Vozpópuli.

Rufián, conocido por convertir la Cámara Baja en un circo, ha tenido actuaciones estelares, como llevar esposas, impresoras e incluso una urna durante sus intervenciones. Tal es su afán de protagonismo, que su modo de actuar ha sido objeto de un estudio de la revista internacional Journal of Pragmatics.

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Como ha demostrado esta investigación, "el lenguaje marcadamente descortés de Rufián está fuera de lo común debido a su amplitud e incisividad. Crea una atmósfera de confrontación generalizada desconocida en la historia parlamentaria reciente", ha señalado.

Rufián crea una "atmósfera emocional de confrontación" desde el principio; carece de sentido del humor; "repite la misma afirmación hasta cuatro veces consecutivas" para imponer su verdad; muestra "una actitud de no cooperación" con el uso de preguntas irrelevantes; realiza "acusaciones no probadas ad-hominem".

Además, según dicho informe, se refiere a sus adversarios políticos como "ladrones", "palmeras", etc., a menudo en violación de las reglas parlamentarias; utiliza "un tono paternalista destinado a ridiculizar a sus oponentes", y utiliza el sarcasmo solo para "causar ofensa". Se trata así de todo un "fenómeno lingüístico: el rufianismo".

La mala educación como "estrategia retórica" en la política española

El estudio, publicado bajo el titular Impoliteness as a rhetorica strategy in Spain's politics, está firmado por Juan Antonio Garrido Ardila, profesor de lingüística en la Universidad de Malta.

"Después de las elecciones generales de 2015, los nuevos diputados 'anti-establishment' transformaron la cara de la política parlamentaria española", ha indicado el informe. "Desde entonces, los medios de comunicación han centrado su atención en el lenguaje poco ortodoxo y de confrontación de algunos de estos nuevos parlamentarios, en particular en Gabriel Rufián, cuyo estilo dialéctico a menudo se ha denominado 'Rufianismo'".

"Este documento examina el lenguaje de Rufián en un comité de investigación parlamentario, analizando cómo implementa sistemáticamente una serie de realizaciones de la descontento, incluidas todas las identificadas por Bousfield (2008) y Culpeper (1997)", ha sostenido.

"Concluye que el uso estratégico de Rufián se compone de diez características recurrentes, en conjunto dirigidas a aumentar el descontento para causar el mayor grado de amenaza facial y, en última instancia, a no utilizar a sus interlocutores y defender su post-verdad e ideología populista", ha proseguido.

El contenido de su lenguaje se basa en un discurso "antisistema", ha advertido el autor del estudio, que hace referencia al trato que ha realizado la prensa sobre las distintas actuaciones de Rufián en la Cámara. "Las salidas de tono de Rufián han sido extensamente comentadas", ha afirmado el estudio, que pone como ejemplo su rifirrafe con Esperanza Aguirre durante una Comisión Parlamentaria.

Como muestra de su retórica, con las cinco salidas de tono más polémicas, Rufián ha sido expulsado del Congreso tras referirse al ministro de Exteriores, Josep Borrell, como el ministro "más indigno de la historia de la democracia española", "hooligan", "racista" y "fascista", motivo por el que la presidenta de la Cámara, Ana Pastor, le expulsó.

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Otro de sus numeritos ocurrió el 9 de octubre, en medio de la comisión para interrogar al exvicepresidente del Gobierno Francisco Álvarez-Cascos, llamó a la vicepresidenta de la comisión y diputada del PP, Beatriz Escudero, "palmera" por su supuesto respaldo al interrogado. En esa ocasión fue Escudero la que abandonó el hemiciclo ante su indignación: "Ya está bien", decía la diputada, después de que Rufián le guiñara un ojo. Horas más tarde, el PP pedía amparo a la Mesa del Congreso y, por ende, a su presidenta, Ana Pastor, por el comportamiento "machista" de Rufián, que retiró la palabra "palmera" al término de la comparecencia pero no pidió disculpas a su adversaria política.

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El estudio avisa que "las reglas de la Cámara establecen que los diputados no deben ofender al honor de otros diputados ni se expresan de una manera que dificulta las discusiones, por ejemplo, interrumpiendo". Al tiempo que recopila la visión de la prensa española sobre el tono usado por Rufián: "matón", "perdonavidas", "desafiante"... En un debate entre independentistas y el PP, Rufián hizo alarde de su mala lengua. Al ministro de Interior de España, Juan Ignacio Zoido, lo llamó "persona miserable", recoge el informe.

El tono agresivo y caras amenazantes de Rufián

La retórica dialéctica de Rufián se basa en poner "caras amenazantes" con aspavientos, motivo que le ha llevado a situarse en el grupo de "políticos con la dialéctica más dura", junto con los reportes informativos sobre su ortodoxo pero agresivo lenguaje, para ser uno de los diputados más conocidos a nivel internacional.

El informe muestra a Rufián como un político repleto de "recursos dialécticos reconocidos como groseros", pero es un discurso "efectivo", según ha apuntado, que trata de desquiciar a los oponentes políticos, mediante la reiteración del insulto y desprecio.

La alarma del estudio

El lenguaje irreverente, irrespetuoso y el insulto abre más camino que la ironía y la buena dialéctica. No ocurre en ningún otro país. Rufián recurre a este tipo de estrategia antes que actuar con un buen tacto. Nada que ver con los rifirrafes del Parlamento británico, donde se estila antes el humor, como mostró David Cameron a Jeremy Corbyn, que para responderle en un debate hizo referencia al traje y la corbata.

El entonces primer ministro respondió al líder laborista: "¿Preguntarle a mi madre? Creo que sé lo que mi madre diría. Pienso que ella miraría al otro lado del Parlamento (donde se sienta Corbyn) y diría: "Ponte un traje apropiado, anúdate la corbata y canta el himno nacional".

Al contrario, Rufián recurre a la descalificación, con términos como "miserable", "mafioso", "fascista" o "xenófobo" a quienes no piensan u opinan como él. El diputado de ERC se ha convertido ya no solo el un diputado de bajo nivel, sino que su estrategia oratoria es objeto ahora de estudio lingüístico.

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