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Cataluña

Puigdemont y Torra entierran la vía de ERC: la "confrontación" como respuesta

El expresidente catalán Carles Puigdemont (d) y el actual presidente de la Generalitat, Quim Torra (i).

Endurecimiento del discurso. El núcleo más radicalizado del independentismo no afloja y continúa con la vía de la "confrontación" como la respuesta a la sentencia del 1-O, que se espera ahora en octubre, tras la Diada y el aniversario del referéndum ilegal.

Carles Puigdemont ha enterrado el giro pragmático de ERC y del "tsunami democrático", una nueva herramienta para articular una respuesta unitaria en cuyo manifiesto rechazaba la vía de la violencia. Tras la sentencia del 1-O tendrá lugar el "fin de un ciclo", ha asegurado el expresidente de la Generalitat, para añadir el inicio de la fase de "confrontación".

Puigdemont pretende así atraer al independentismo a una posición unilateral, alejándose más de la vía del diálogo con una "contundente respuesta" a la sentencia del 1-O. La radicalidad se había apoderado del expresidente. Su discurso ha calado hondo entre Quim Torra, presidente de la Generalitat, y JxCat, con Albert Batet, escudero del ahora residente en Waterloo y al frente del grupo parlamentario en Cataluña.

El expresidente de la Generalitat aboga antes por el "volveremos a hacerlo", un lema que ha aprovechado por Torra para los actos oficiales de la Diada del 11-S: "Volveremos", con una cuatribarrada no censurada, como sí ocurrió el pasado 2018.

Puigdemont no marcado ninguna línea roja, ni tampoco ha acotado los límites a los suyos a la hora de dar una respuesta a la sentencia, a la que tacha de represiva. Por este motivo activará la fase de la "confrontación" contra el Estado. Es la vía propuesta desde que se marchara a la población belga y que se ha acentuado a pocas semanas de conocerse el veredicto del Tribunal Supremo, coincidiendo con los días previos a la Diada y un nuevo aniversario del fallido 1-O.

Puigdemont y Torra exigen una respuesta duradera

El objetivo es una "fuerte" reacción que perdure en el tiempo, una fórmula para segar la intención de ERC de adelantar los comicios y propiciar un cambio en la Generalitat. JxCat ha llegado a calificar de socio preferente a la CUP, sin nombrar a ERC, para aprobar los Presupuestos y ya se han producido gestos en este sentido, como la foto de Puigdemont con uno de los fundadores del grupo terrorista Terra Lliure.

La respuesta se mantendrá en el tiempo, el mismo que aguante Quim Torra al frente del Ejecutivo autonómico. Por este motivo ha descartado dar el pistoletazo de salida a un adelanto electoral, más cuando ERC no solo les ha sobrepasado sino que por primera vez fue la lista más votada en Cataluña en unas generales. 

Los de Oriol Junqueras tienen la batuta en sus manos, con un endulzado discurso durante los últimos meses, con el fin de aumentar la base, como ya hiciera la antigua CiU de Artur Mas antes de 2012. ERC se ha abierto al diálogo e incluso permitir a Sánchez aprobar la investidura con una abstención. Movimientos que han endurecido aún más a Puigdemont y su séquito. Para éstos solo queda una única vía para hacer frente al enemigo imaginario.

Un escenario de elecciones anticipadas en Cataluña solo es posible si Torra lo permite, al ser el único con potestad para convocarlas. En ERC han presentado un borrador de los Presupuestos en clave electoral, con un mayor gasto público, pese a la situación financiera de la Generalitat, un debate que está pasando prácticamente desapercibido entre los grupos parlamentarios, más cuando el PSC se ha negado a aceptarlos si no hay una clara voluntad de diálogo por parte de la Generalitat, mientras que Ciudadanos y PPC no dan su brazo a torcer y mantienen un rotundo "no" a esta propuesta.

Hasta TV3 atiza a Rufián por el cambio de discurso

El expresidente de la Generalitat mantiene el mismo marcado discurso que en su libro sobre la unidad del independentismo. En la obra, apenas 50 páginas, se presenta víctima de un Estado opresor que pretende su "muerte civil", tal y como hacen los independentistas con aquellas voces discrepantes con su pensamiento.  "El único camino que nos puede garantizar el objetivo pasa, lamentablemente, por una inevitable confrontación con el Estado", decía entonces Puigdemont.

Casi idénticas palabras ha declarado en repetidas ocasiones en respuesta a los cambios en el discurso de ERC, que pretende conseguir primero la Generalitat y tan solo en ese caso implementar la independencia, objetivo no prioritario al menos en el corto plazo, motivo por el que se ha puesto en la diana a la formación, incluso expuesto a su líder en el Congreso, Gabriel Rufián en TV3, con sus frases desde 2015 a 2019. Un hecho que la cadena pública no ha considerado realizar con el resto de dirigentes políticos, incluyendo a Artur Mas, que ha salido en los últimos meses como el salvador de la corriente catalanista y ahora huérfana de partido.

Torra ha hecho un nuevo llamamiento para llenar las calles el próximo 11-S con el objetivo de conseguir la independencia, mientras la sombra de la inhabilitación se cierne sobre él, con un juicio de cara al próximo 25 y 26 de septiembre al no retirar del balcón de la Generalitat y de las instituciones los lazos amarillos y pancartas a favor de los presos en plena campaña electoral.

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