Enric Millo, declarado "enemigo" de Cataluña por luchar desde Andalucía contra la inmersión

Las subvenciones de la Junta de Andalucía destinadas a los andaluces residentes fuera de la Comunidad Autónoma para no perder sus raíces han encendido a las huestes independentistas. Estas ayudas se destinan única y exclusivamente a "zonas con problemas de inmersión lingüística", contrarrestando así la imposición de determinadas lenguas autonómicas, como en Cataluña.

Los improperios y ataques contra Millo, sobre quien recae el reparto de los 100.000 euros, se centran en que estas subvenciones se destinarán a cursos de castellano en estas zonas para que los andaluces no pierdan sus raíces. Para los catalanistas, se trata de un ataque directo contra la lengua cooficial, pese a que no se imparte en horario escolar ni tampoco es obligatorio. 

"Combatir la inmersión lingüística" o "catalanofobia". Son las expresiones utilizadas entre medios especialmente subvencionados para definir estas ayudas. Otros van más allá y reparten carnés de "enemigos de Cataluña" -que no 'botiflers', el peor insulto reservado ahora a los dirigentes de ERC-.

Pese a que en el texto de estas subvenciones no se nombra a ninguna Comunidad Autónoma, los independentistas y catalanistas han cargado ríos de tinta contra Millo, recordando que es "enemigo de Cataluña", "el virrey" -por su condición entonces de delegado del Gobierno en Cataluña bajo el mandato de Mariano Rajoy-, o "Mr Fairy" -por su declaración en el juicio explicando cómo los separatistas trataban de bloquear la acción policial del 1-O al tirar jabón en el suelo para que resbalaran los agentes-.

Sabeu qui serà l encarregat de coordinar el pla de subvencions de la Junta d´Andalusia als "afectats per la immersió"?, és a dir a anar contra el català...., un tal Enric Millo. El recordeu?

— Pilar Rahola (@RaholaOficial) September 4, 2019

Una de las más combativas y venida a menos en TV3 es Pilar Rahola. "¿Sabéis quién será el encargado de coordinar el plan de subvenciones de la Junta de Andalucía a los "afectados por la inmersión"?, es decir a ir contra el catalán ...., un tal Enric Millo. ¿Le recuerdas?", escribía en Twitter. "Perfectamente. El virrey. Todo un personaje", le responde el exportavoz y exsenador del PNV Iñaki Anasagasti.

Perfectamente. El virrey. Todo un personaje.

— 🇺🇦 Iñaki Anasagasti (@ianasagasti) September 4, 2019

Rahola ha vuelto a comparar a Millo con "Acidonitrix", uno de los personajes más siniestros de los cómics de Astérix y Obélix en una imagen que ya compartió en marzo de este mismo año.

Hay quienes cargan contra Rahola usando también imágenes de cómics, como los de Mortadelo y Filemón, mientras otros recuerdan a la periodista "las infames campañas que hacéis vosotros".

La Generalitat reparte ayudas a entidades en el exterior

La propuesta está contemplada en las 34 exigencias de Vox para sacar adelante los Presupuestos, pero se ha colocado a Enric Millo como el principal objetivo de las iras de catalanistas y separatistas con la excusa de ser el responsable de coordinar la acción de Andalucía en la Unión Europea y la relación con el resto de Comunidades Autónomas. 

Para la Junta se trata de dar respuesta a la inmersión obligatoria de la población residente en determinadas comunidades autónomas. Este hecho, podría hacer perder raíces culturales y lingüísticas, especialmente de las próximas generaciones. Para no llegar a esos términos, se promociona así la raíz andaluza. En el caso de Cataluña, el primer contacto con la lengua castellana en el colegio se realiza a partir de los seis años. El resto de asignaturas se realizan únicamente en catalán.

Es prácticamente el mismo objetivo que persigue la Generalitat de Cataluña en Valencia, Baleares y Sur de Francia, subvencionando a entidades para promocionar la lengua catalana en territorios donde no tiene competencias. Pese a ello, los catalanistas lo ven como un ataque, en vez de favorecer las raíces de quienes se han marchado de su tierra. Eso sí, la principal diferencia se encuentra en el montante. La Generalitat destina decenas de millones a esta labor, la Junta el pasado año no llegó ni a los 800.000 euros.