La crisis migratoria que afecta a Canarias tiene en buena medida su origen en los problemas de seguridad de países de África occidental liderados por juntas militares de Níger, Burkina Faso y Mali en la agitada región del Sahel. Mali y sus vecinos llevan más de una década combatiendo una insurgencia liderada por grupos yihadistas, algunos de ellos aliados con Al Qaeda y el grupo Daesh. Tras los golpes militares que se han producido en los tres países en los últimos años, las juntas gobernantes han expulsado a las fuerzas francesas y han recurrido a las unidades mercenarias rusas para obtener asistencia en materia de seguridad.
Los servicios de emergencia han estado trabajando intensamente en El Hierro tras la llegada de dos cayucos con un total de 145 inmigrantes. Salvamento Marítimo ha coordinado las operaciones de rescate y ha escoltado a las embarcaciones hasta el puerto de La Restinga. Gracias a la rápida intervención de los equipos de emergencia, todos los rescatados, entre ellos dos menores, se encuentran en buen estado de salud. La presidenta del Congreso, Francina Armengol (PSOE), ha defendido este martes en la reunión que celebra en Lanzarote la Asamblea Parlamentaria de la Unión por el Mediterráneo que "la contribución de los inmigrantes a nuestras sociedades es vital y lo seguirá siendo".
España ha asumido este año la presidencia rotatoria de la Asamblea Parlamentaria de la Unión por el Mediterráneo y ha elegido la inmigración como el tema fundamental de su mandato. En este contexto, el vicepresidente del Senado, Javier Maroto (PP), dijo ha advertido de que el crecimiento de partidos políticos extremistas y populistas hace difícil alcanzar mayorías sólidas para gestionar asuntos relevantes. Ha dicho que estos partidos exageran los problemas que conllevan las migraciones o falsean la realidad y transforman el recelo de los ciudadanos en odio. A su juicio, estos partidos "realizan muchos discursos incendiarios pero ninguna propuesta realista".
La Ruta Atlántica o del África occidental, que conecta los países del oeste de África con Canarias, con puntos de salida en Guinea, Guinea-Bissau, Gambia, Senegal, Mauritania y Marruecos, en los primeros 11 meses de 2024 presentó un aumento de las detecciones de un 19% en comparación con 2023 y más que se duplicaron en comparación con 2020, según los datos del Centro Internacional para el Desarrollo de Políticas Migratorias (ICMPD). En el trayecto a Canarias, los migrantes de Mauritania (más de 10 veces más alto que en 2023) y Mali (aumentó un 760%). En el primer semestre de 2024 llegaron a Canarias 7.213 nacionales de Mali, 710 en enero de 2024. "El continuo deterioro de la situación de seguridad en el África subsahariana, junto con el aumento de la llegada de refugiados y migrantes irregulares a Canarias, sugiere que el descenso sostenido en los números para 2025 no está garantizado", señala el centro que preside el excanciller austriaco Michael Spindelegger.
Un problema que se extiende por todo África Occidental
Pero no es solamente el Sahel. En Camerún la región separatista de Ambazonia espera avanzar en su reconocimiento internacional. En España ha encontrado hueco en la agenda del sindicato vasco LAB: "Es nuestro deber apoyar la petición mayoritaria del pueblo de Amazonia de ejercer la soberanía sobre su territorio". Mientras, el servicio diplomático de la UE, el Servicio Europeo de Acción Exterior, se enfrenta a recortes presupuestarios y algunas embajadas africanas de donde se origina el problema de Canarias reducirán su personal en los próximos 12 meses. Es probable que los recortes den prioridad a países en los que la UE ya es diplomáticamente débil, como en la región del Sahel. A principios de 2025 se celebrará una cumbre entre la UE y la Unión Africana, pero las expectativas son bajas.
La UE sigue centrada en el control de la inmigración. El grave ataque de neumonía frenó los planes de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, de visitar Marruecos en enero pero nada parece poder detener el impulso de Bruselas hacia más acuerdos de control migratorio con Marruecos y sus vecinos. La Comisión Europea afirma que sus acuerdos de dinero a cambio de control de la migración con Mauritania avanzan en favor de reducir la migración irregular a través de la ruta del Atlántico. En febrero se cumple un año del acuerdo de 210 millones de euros entre la Unión Europea y Mauritania en forma de dinero en efectivo para el control de migrantes que marcó un intento de comenzar a reconstruir su estatus en el Sahel. En un plano más positivo, Von der Leyen y el presidente francés, Emmanuel Macron, afirman que promoverán una ambiciosa iniciativa de alivio de la deuda africana, pero solo si China y el resto del G7 se suman a ello.
Los analistas anticipan que las campañas ofensivas continuarán causando desplazamientos este año, mientras que la probabilidad de paz en 2025 sigue siendo baja. El año pasado, el aumento de las restricciones a la movilidad de los migrantes en los países del norte de África y a lo largo de la Ruta del Mediterráneo Central obligó a los inmigrantes a recurrir a opciones alternativas y es ahí donde aparece Canarias.
La propia Comisión Europea considera que los acuerdos y asociaciones a nivel de la UE y bilaterales con países como Mauritania o Marruecos son contribuciones significativas a la reducción general en las llegadas irregulares. Por ejemplo, esta cooperación facilitó retornos voluntarios desde el norte de África hacia el África subsahariana, resultando en un aumento al doble en comparación con las cifras de 2023 y un aumento al cuádruple en comparación con 2021. También condujo a una reducción en los movimientos secundarios desde los países del norte de África hacia la UE.
La situación de seguridad en el Sahel ha empeorado desde que las juntas militares tomaron el poder, con un número récord de ataques y civiles muertos tanto por militantes islámicos como por fuerzas gubernamentales. La violencia en Níger, Mali y Burkina Faso ha matado a más de 3.470 personas en los últimos seis meses, mientras que 2,6 millones de personas están desplazadas actualmente, según la agencia de refugiados de las Naciones Unidas. En Mauritania hay 170.000 en un campo de refugiados que gestiona ACNUR y las autoridades de ese país, a través del Observatorio Sahel Atlas, un centro oficial con sede en Nuakchot, apunta que hay un millón de personas transeúntes a la espera de poder dar un salto a las Islas Canarias.