La reforma de la asistencia exterior estadounidense impulsada por el presidente Donald Trump y su asesor Elon Musk trae vía Canarias el primer frente tangible que uniría a PSOE, PP y Coalición Canaria contra Vox, que ha defendido la agenda del reelegido presidente norteamericano. Santiago Abascal ha señalado que la "chulería" del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, "tiene consecuencias para España". La pata canaria de USAID ha sido uno de los argumentos del Gobierno de Canarias para liderar desde la UE la cooperación con África occidental dado el problema migratorio que sufren las islas.
Es el cese de operaciones de USAID en Las Palmas, donde tiene en el puerto de La Luz la base de cooperación norteamericana para paliar el hambre en África occidental y Sahel y era el mayor movilizador logístico desde hace 13 años. La distribución alimentaria, además de tirar de empresas locales, genera estabilidad en zonas como asistencia en efectivo a 65.000 refugiados que padecen inseguridad alimentaria, así como alimentos nutritivos especializados a 4.000 niños desnutridos menores de 5 años y a 350 mujeres embarazadas y lactantes que sufren desnutrición aguda moderada. Las Palmas como puerto era clave para USAID por la presencia de garantías sanitarias y su ubicación próxima a los lugares con mayores problemas de hambre en el mundo.
USAID licita sus servicios a contratistas norteamericanos y realiza esta operativa a través del Programa Mundial de Alimentos (WFP en sus siglas en inglés) de la ONU por cuestiones de imagen y mecánica burocrática dado que algunos de esos servicios alimentarios los contrata FAO, la agencia de alerta nutricional de la ONU con sede en Roma o la OMS cuando han existido problemas epidémicos en África. En Mauritania, primer lugar de origen de los cayucos a Canarias, el PMA brinda asistencia de USAID en colaboración con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), la Comisión de Seguridad Alimentaria (CSA) y el proveedor de servicios financieros El Amana Bank (BEA). En 2023, gracias a las contribuciones donantes, el PMA llegó a 83.400 refugiados con distribuciones mensuales de efectivo en el campamento. El PMA también proporcionó asistencia alimentaria en especie a 65.200 refugiados más vulnerables. En ese entorno hay un total de 140.000 refugiados malienses, primera nacionalidad en el ránking de llegadas de cayucs a Canarias. En Senegal un proyecto de 350 millones de dólares para dar luz aldeas ha muerto desde la toma de posesión de Trump.
Desde 2012, el puerto de Las Palmas acoge una base del WFP y desde a que operan diversas agencias internacionales de cooperación siendo USAID uno de sus impulsores como en 2015 reconoció en la Zona Franca de Gran Canaria el entonces embajador norteamericano, James Costos, que en señal de agradecimiento recibió la Medalla de Oro de Canarias, la mayor condecoración autonómica de las islas a propuesta del presidente del Ejecutivo regional.
Desde 2012 el WFP ha gestionado 635.000 toneladas de alimentos y materiales en 32.000 contenedores. La base de Las Palmas se ha convertido en un importante proveedor internacional de alimentos para los países de la costa noroeste de África (como Mauritania, Sierra Leona, Guinea Bissau, Guinea y Benin), representando una opción para el preposicionamiento de alimentos para América Latina y el Caribe, y abasteciendo también a países como Cuba y Honduras. Esto ha permitido que el tiempo medio de entrega de alimentos se haya reducido un 73%, pasando de 120 a 32 días. El último puente aéreo fue para atender la emergencia en Ucrania, transportando refugios y mantas. La base de Las Palmas también fue clave en la epidemia de ébola, siendo el Puerto de Las Palmas el punto de salida de los barcos fletados por el PMA para suministrar alimentos.
Para hacer frente a la desnutrición aguda en el campamento, el PMA también proporcionó alimentación suplementaria selectiva a casi 2.000 niños de entre 6 y 59 meses con desnutrición moderada y a 272 mujeres y niñas embarazadas y lactantes.
El cierre de USAID ya ha provocado un caos en el campo de la ayuda y el desarrollo, dejando a cientos de contratistas que preveían emplear la base de Las Palmas para atender al mercado africano y del Sahel en una grave crisis financiera, algunos de los cuales ya han tenido que despedir personal y otros enfrentan millones de dólares en facturas impagadas. Parte de esos servicios de USAID iban por Las Palmas ya que la agencia norteamericana dotaba y extendía su cooperación a WFP como ejecutor como centro de redistribución. Esta operativa tiraba de otras como la agencia española AECID, Consejo Nórdico de Cooperación (Nordiska Rådet), la japonesa JICA, Cruz Roja Internacional o, como ocurrió el pasado diciembre de 2024, el Banco de Desarrollo de Alemania (KfW) para Mauritania. Horas después de asumir el cargo el 20 de enero, Donald Trump ordenó una revisión exhaustiva de casi toda la ayuda exterior estadounidense y encargó al multimillonario Elon Musk, quien ha acusado falsamente a USAID de ser una organización "criminal".
"Dónde estamos y qué somos"
El primer buque con materias primas desde Las Palmas a África occidental fue en 2012 cuando se despachó 15.000 toneladas de sorgo producido en EE.UU del granelero Sheila McDevitt, atracado en el Muelle Grande, frente a Silos Canarios. De estas 15.000 toneladas descargadas en los silos de Capisa con sus medios mecánicos, 7.000 toneladas se han ensacado para enviar en 50 contenedores al puerto de Douala (Camerún) en los buques de línea regular de la naviera MSC. El arranque de las operaciones de USAID en Las Palmas fue curioso: exigió, creyendo que Las Palmas estaba en un país subdesarrollado y que no era parte de España, la descarga a hombros de 140.000 sacos de arroz en 340 contenedores para su posterior embarque en diversos buques hasta el punto que el entonces presidente de puerto de Las Palmas, Luis Ibarra, debió remitir una carta a Washington por "una necesidad pedagógica hacia los americanos para que sepan dónde estamos y qué somos".
El WFP de las Naciones Unidas está intensificando su programa de asistencia alimentaria y nutricional para salvar vidas en África occidental y central, destinado a 7,3 millones de personas durante la actual temporada de carestía que se extiende de junio a agosto, cuando las reservas de alimentos se agotan y el hambre alcanza su punto máximo. El programa, que comenzó en junio de 2024, apoya los planes de respuesta de los gobiernos nacionales para la temporada de carestía en Burkina Faso, Camerún, la República Centroafricana, Chad, Mali, Mauritania, Níger y Nigeria.
El Programa Mundial de Alimentos tiene un programa integrado de resiliencia que ha rehabilitado más de 290.000 hectáreas de tierras degradadas en Burkina Faso, Chad, Mali, Mauritania y Níger, reduciendo las vulnerabilidades y fortaleciendo la resiliencia de cuatro millones de personas en más de 3.000 aldeas. El programa vincula la planificación de cuencas hidrográficas y la rehabilitación de tierras con comidas escolares, apoyo nutricional y ayuda a los pequeños agricultores.
Esta asistencia estuvo acompañada de sesiones de sensibilización sobre la alimentación de lactantes y niños pequeños y educación nutricional, en las que participaron 3.200 personas.
Una de las últimas operaciones de USAID a finales de 2024 ha sido donar cinco millones de dólares al PMA para proporcionar asistencia alimentaria y nutricional a los refugiados malienses en Mauritania. "Esta contribución representa un salvavidas para las personas más expuestas al hambre en el campamento", afirma Kinday Samba, directora deL pma en Mauritania. "La asistencia humanitaria alivia la presión sobre los recursos naturales y económicos ya escasos en la región de Hodh El Chargui. También promoverá la cohesión social entre los refugiados y las comunidades de acogida".
Sensibilización
Para hacer frente a la desnutrición aguda en el campamento, el PMA también proporcionó alimentación suplementaria selectiva a casi 2.000 niños de entre 6 y 59 meses con desnutrición moderada (el 51 por ciento eran niñas) y a 272 mujeres y niñas embarazadas y lactantes. Esta asistencia estuvo acompañada de sesiones de sensibilización sobre la alimentación de lactantes y niños pequeños y educación nutricional, en las que participaron 3.200 personas. Estas iniciativas no sólo abordan problemas nutricionales inmediatos, sino que también dotan a la comunidad de conocimientos y recursos para mantener su salud y resiliencia. "El PMA está comprometido con el objetivo de lograr el Hambre Cero en Mauritania, y esta contribución de BHA demuestra el poder de las alianzas para marcar una diferencia positiva en las vidas de los más necesitados. A través de nuestros esfuerzos colectivos, podemos crear un cambio real en las vidas de aquellos a quienes queremos ayudar", apostilla Kinday.