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El Buscón

Cebrián: “No puedo entender el odio de la redacción de El País hacia mi persona”

“De verdad, no puedo entender el odio que destila la redacción de El País hacia mi persona, no puedo entenderlo…”. Quien así se manifestaba la semana pasada en Jerez de la Frontera, con aire entre sorprendido y contrito, no es otro que Juan Luis Cebrián, cofundador y primer director del diario y ahora presidente ejecutivo del Grupo Prisa. La frase fue pronunciada en uno de los tiempos muertos del “Foro de la Comunicación” celebrado en la mañana del pasado día 15 en la ciudad andaluza, en el marco de la XXII Cumbre Iberoamericana habida en Cádiz los días 16 y 17, bajo la presidencia de S. M. el Rey Juan Carlos.

Sorprende la sorpresa de Cebrián después de lo ocurrido. El record como gestor del periodista y académico es deslumbrante: primero quebró el Grupo Prisa, aparentemente uno de los negocios de comunicación y entretenimiento más sólidos de la Unión Europa, y ahora le acaba de propinar, tras haber dañado durante años su inicial prestigio, un golpe de muerte al propio diario El País, culminado con el despido de casi 130 de sus periodistas. “Es que no te puedes imaginar los problemas que me está causando esta situación: hasta en Brasil he tenido que dar explicaciones sobre mi sueldo”.   

El Foro de marras, presidido por la secretaria de Estado de Comunicación, Carmen Martínez Castro, fue inaugurado por el Secretario General Iberoamericano, Enrique Iglesias, y clausurado por el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, y contó con la intervención de Cebrián, entre otros, en una de las dos mesas redondas. He aquí una frase pronunciada en una de sus intervenciones, capaz de remover en su tumba al mismísimo Jesús Polanco: “Es de reconocer y alabar el comportamiento exquisitamente democrático de este Gobierno con los medios de comunicación…”

Como no podía ser de otro modo tratándose de personaje tan desagradecido, los hijos del fundador y patrón del grupo, el ya citado don Jesús, salieron a relucir en esta conversación de pasillo, y no precisamente para bien. Está claro que Cebrián no solo no les quiere, sino que les considera poco menos que unos inútiles: “Para qué nos vamos a engañar, coño: todo el mundo sabe que M. Polanco es un idiota…”

El corolario es de prever: Cebrián ve muy negro lo de España, y no tanto por la situación de la Economía como por el “paisanaje” patrio que, al parecer, tampoco le gusta un pelo: “Este es un país infumable, fulano; de aquí hay que salir por pies y cuanto antes”. Y parece que el susodicho está en ello, y que puede estar preparando el traslado definitivo de su residencia a Nueva York para el próximo mes de marzo. Como en el dicho, “tanta gloria te lleves como paz nos dejas”, majo.

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