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El Buscón

Los terremotos no 'viajan' por carretera como cree Enresa, la empresa del basurero nuclear

Un cartel de protesta contra el almacén nuclear.

Ni los terremotos se expanden por carretera ni el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) ha dado su aprobación a la construcción del Almacén Temporal Centralizado (ATC) en Villar de Cañas (Cuenca).

Una surrealista nota enviada por Enresa, la empresa estatal encargada de la gestión de los residuos nucleares y de la construcción del ATC, a la agencia Europa Press trataba de tranquilizar a los ciudadanos del municipio conquense y sus alrededores el mismo día en que el centro de España vivió un terremoto de 5,2 grados en la escala Richter.

Y lo hacía afirmando que de Ossa de Montiel, el pueblo albaceteño donde se registró el epicentro del seísmo, a Villar de Cañas hay 142 kilómetros. Los responsables de la nota de Enresa, tan panchos ellos, cogieron el Google Maps y sin cortarse un pelo hallaron la distancia entre los dos puntos por carretera.

Sí sí, por carretera. Tienen las peligrosas ondas expansivas de los terremotos la mala costumbre de destrozar carreteras, pero no de propagarse por ellas. El efecto de un terremoto se mide, al menos en lo referente a distancia, en línea recta. ¿Se imaginan a un temblor de tierra subiendo a carreteras y autovías para expandirse? En todo caso, lo que hace un terremoto es destrozar esas carreteras y todo lo que encuentra a su paso, pero siempre desde las entrañas de la tierra, no por la superficie.

Enresa dice que hay 142 kilómetros desde Ossa a Villar de Cañas, pero por carretera; en línea recta son menos de 100

En línea recta, la distancia entre los dos pueblos castellano-manchegos no llega a los 100 kilómetros.

Este Buscón travieso se pregunta si el aserto hecho público desde Enresa responde a un error o a una mentirijilla destinada a tranquilizar a los vecinos de la zona en la que algún día (no sabemos cuándo) se construirá el polémico basurero nuclear destinado a albergar, bajo tierra, todos los residuos atómicos de las centrales españolas.

Confiemos en que haya sido una mentira piadosa de los chicos de Enresa para adelantarse a las críticas de los ecologistas y otros agentes sociales, que vienen alertando desde hace meses que Villar de Cañas están en zona sísmica, porque si ha sido un error, miedo le da a este Buscón que una empresa de la que depende uno de los temas más sensibles para la seguridad de un país como es el nuclear esté en manos de profesionales que creen que los terremotos ‘viajan’ por la superficie terrestre.

Tampoco estuvieron muy atinados los que elaboraron la nota, en la que se afirmaba que el ATC podrá soportar terremotos de magnitud 8 tal y como “se contempla en el diseño aprobado por el CSN”. Pero si el supervisor nuclear no ha aprobado aún nada. Precisamente ha sido la obsesión de Enresa por sacar adelante las primeras obras del basurero nuclear sin los permisos del CSN ni los informes favorables de Medio Ambiente lo que le ha costado el cargo a su antiguo presidente, Francisco Gil-Ortega, tal y como publicó Vozpópuli en exclusiva.

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