El Buscón

Iglesias y Echenique, de los nervios: de darse de baja de 'El Diario' a atacar a Palomera

Pablo Iglesias y Pablo Echenique están de los nervios. La chapuza de la ley Montero -pareja del primero- que ha dejado libre a varios abusadores y rebajado las penas a otros, amenaza con sacar a los morados del Gobierno...

Pablo Echenique junto a Pablo iglesias.
Pablo Echenique junto a Pablo iglesias. EFE

"Procedo de darme de baja (de El Diario)". La 'sentencia' de Pablo Echenique, difundida en redes sociales a primera hora de la mañana del miércoles, cuando la revisión de sentencias condenatorias como consecuencia de la entrada en vigor de la Ley del 'solo sí es sí' ya superaba la decena -con la excarcelación de algunos reos incluida- aventuraba una jornada belicosa en las filas moradas. Y Echenique acabaría poseído por un auténtico furor tuitero

El medio dirigido por Ignacio Escolar había cometido un 'pecado capital' a ojos del portavoz podemita. Ni más ni menos que incluir en el boletín a sus lectores un texto cuyo titular rezaba así: "¿Culpa de la ley o del juez?". Tamaña traición -considerar, como hizo elDiario.es, que éste es "el debate de la semana" a modo de una duda y recoger en su edición del jueves las críticas de juristas sobre las carencias del texto estrella de Igualdad- no podía quedar impune.

"Este boletín del @eldiarioes a sus lectores es impropio de un medio que se dice feminista. Procedo a darme de baja", anunciaba, amenazante, Echenique. Y, ni corto ni perezoso y por si no lo creían, cargó con todo contra el nuevo enemigo mediático y compartió con sus 600.000 seguidores una imagen que demostraba que cancelaba su suscripción.

A medida que la polémica en torno a la ley de Montero crecía a un ritmo vertiginoso- poco después del primer tuit de Echenique el abogado de 'La Manada' anunciaba que ultimaba un recurso para rebajar la pena a uno de los condenados- la histeria cundía entre los referentes de Podemos.

Pablo Iglesias, Pablo Echenique y el PSOE

La posición política de la ministra de Igualdad, obcecada en señalar a los "jueces machistas" por la revisión de sentencias, se acercaba peligrosamente al abismo y las reacciones de sus camaradas ganaban en visceralidad. Tras Echenique, saltaba a la arena del circo Pablo Iglesias para arremeter contra el PSOE y, de nuevo, contra elDiario.es por la osadía de reproducir el siguiente titular: "Moncloa advierte a Podemos de que hay que tener 'absoluto respeto a los jueces por su trabajo y desempeño'".

Dicha información le valía que el ex vicepresidente del Gobierno colgase a El Diario la etiqueta de "medio afín al PSOE". Pablo Iglesias -que siempre ha sostenido que los medios de comunicación son herramientas para hacer política- lleva tiempo obsesionado con el señalamiento a aquellos que conforman la "derecha mediática". Por ello dedica buena parte de su pódcast La Base -coproducido con Público, diario propiedad de Jaume Roures-, a contrarrestar las informaciones de medios conservadores, esos "bulos difíciles de parar".

"La existencia de medios de comunicación privados ataca la libertad de expresión", llegó a decir en 2014. Nunca se ha retractado de sus palabras. Al contrario, siempre ha pedido más "elementos de control". La novedad, en plena polémica por el fiasco de la Ley del 'solo sí es sí', es que El Diario pasa a formar parte de esa mafia mediática.

Además, en las últimas semanas llevaba hasta el bloqueo a sus antiguos periodistas de cabecera, Pedro Vallín y Antonio Maestre, por criticar algunas de las decisiones de los morados o por seguir asistiendo a la tertulia de su 'enemigo número uno', Antonio García Ferreras, a quien acusa de compartir cloacas con Villarejo.

La posición de Pablo Echenique y Pablo Iglesias no deja lugar a términos medios. O con nosotros o contra nosotros. La última en comprobarlo era la hasta hace poco loada Esther López Palomera. Cualquier crítica es denostada, perseguida, ridiculizada... También la suya, la de Palomera, también periodista de El Diario, que recogió con ironía en un tuit una peligrosa realidad: el considerar que cualquier opinión que difiera del dogma -de Podemos- supone una conspiración para destruir al partido. Como en la canción, al exlíder -oficial- de Podemos se le rompió el amor con esos periodistas de tanto usarlos.

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