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El Buscón

El Ayuntamiento de Madrid se niega a ir a un debate sobre urbanismo por su título impertinente

La alcaldesa de Madrid, Ana Botella

El pasado jueves tuvo lugar un debate celebrado por el Club de Debates Urbanos, cuyo título era “VODASOHL-Canalejas” (y que se puede volver a ver íntegramente), con juego de palabras incluido: Vodafone, que patrocina la parada de metro de Sol y OHL, todopoderoso operador urbanístico en todo proyecto del Ayuntamiento que se precie. No en vano, el centro de Madrid ya es conocido como la ‘Puerta del S-OHL”.

Habría unas 60 personas en la sala Ramón Gómez de la Serna del Círculo de Bellas Artes de Madrid. En la mesa, los arquitectos, Vicente Patón, Eduardo Mangada, Jesús Gago y Manuel Leira, este último del Colegio de Arquitectos de Madrid (COAM). Fue casi un monográfico sobre Canalejas con constantes críticas al Proyecto. El tono de alguno fue, en ocasiones, duro y reivindicativo.

Claro que antes hubo risas y pitos, cuando el moderador del debate, Javier Alau, dijo que se había invitado al Ayuntamiento, y que una persona cuyo nombre evitaron pronunciar para no elevar la rechifla, envió una respuesta en la que rechazaba acudir, arguyendo que “las palabras de la invitación son impertinentes y el título tendencioso” y, como despedida, añadía que: “ni lamento ni considero necesario lamentar (sic) la inasistencia al acto”.

También se invitó al estudio Lamela, autor del diseño del proyecto Canalejas, que justificó su inasistencia dado que el proyecto no es, todavía, definitivo. ES decir, ya han empezado las obras en el interior de los edificios, pero no se ha cerrado el proyecto final. Cuando menos, sorprendente.  

Por supuesto, también se habló del proyecto ganador del concurso para la reforma de Sol impulsado por el COAM. Hubo división de opiniones. Manuel Leira, miembro de la junta directiva de COAM y encargado del concurso, defendió la mecánica de la convocatoria y el proyecto ganador. Hubo intervenciones muy críticas en el sentido de que la remodelación de Madrid se está llevando a cabo sin contar con los ciudadanos y respondiendo a intereses personales de la clase empresarial y la política dominante, que cuenta con mayoría absoluta.

La opinión generalizada es que lo que quiere hacer el Ayuntamiento de Madrid con Sol es mercantilizar aún más la plaza y poner obstáculos físicos y legales para que allí se hagan manifestaciones. Se significó que el Proyecto Canalejas responde a esa filosofía. Curiosamente, también levantó críticas furibundas el cambio de nombre de la estación de metro de Sol añadiéndole el nombre de Vodafone. “Pillaje escandaloso”, “mercantilizar el bien común”, “vergonzoso”… fueron algunos calificativos lanzados contra el tema. Algo excesivo, ¿no?

Por cierto, dieron las cifras del negocio. Vodafone paga un millón de euros por cada uno de los tres años del convenio, que no contrato.

La verdad es que el debate no fue tal. Se repitieron argumentos de otros encuentros  y en el aire quedó un deseo/premonición de los miembros de la mesa en torno a que “ese Proyecto  Canalejas no se llevará a cabo”. Todo, envuelto en críticas a la dirección del COAM al que se acusó de avalar a Canalejas. El que se llevó todas las bofetadas fue Manuel Leira, al que hay que concederle que dio la cara y aguantó a pie firme las acusaciones.

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