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El Buscón

¿Un lago con olas para hacer surf en Alcobendas?

Cree este Buscón que a estas alturas pocas cosas le pueden sorprender, pero se equivoca. Una empresa guipuzcoana ha preguntado al alcalde del municipio madrileño de Alcobendas, Ignacio García de Vinuesa, si la localidad tiene suficiente terreno en su término municipal para poder construir un lago para un complejo artificial de surf. ¿De surf? Tal cual. 

García Vinuesa explicó este martes en la presentación del congreso “Compromiso Emprendedor” que la ciudad, a falta de playa, aún tiene lugares para invertir y puso como ejemplo el interés de una empresa vasca en instalar un complejo de surf del nivel de Xanadú, la pista de nieve artificial de Arroyomolinos. La inversión prevista se acercaría a los 80 millones de euros, pero aún no hay más que conversaciones previas.

La localidad cercana a Madrid tiene una zona llamada “la huella sonora de Barajas” donde se podría instalar un complejo de estas características. En ese suelo está vetada la construcción de viviendas debido a la cercanía del aeropuerto. La ciudad tiene en marcha proyectos como el de la ciudad del automóvil, en la que varias marcas de coches estarían dispuestas a invertir más de diez millones de euros en un supercomplejo para vender todo tipo de vehículos. Pero el proyecto más curioso de los que habló el alcalde es el 'Wave Garden Madrid'. La idea parece que ha cuajado en la región pues tiene su propio grupo de seguidores en Facebook con 395 personas.

Se presentan como “una nueva plataforma creada con el objetivo de conseguir que se construya una instalación pública en Madrid para poder disfrutar de buenas olas siempre que se quiera gracias a la tecnología wave garden”. El proyecto de crear olas de surf en una piscina artificial está impulsado por la empresa guipuzcoana Instant Sport, que desde el año 2005 trabaja en una tecnología que permite la creación de superolas en un lago artificial.

Un responsable de la empresa explicó en la presentación que se hizo en Zarauz hace años que se trata de un perfil aerodinámico sumergido que crea olas de las que se puede regular su tamaño para adaptarlo a la edad o nivel de los surfistas. Las olas puede ser de un metro a 1,60 metros de altura para que tengan un coste energético rentable. Ya se han realizado pruebas con éxito en un lago en la localidad de Aizarnabal.

La piscina tendría que tener más de 200 metros y dos direcciones. La tecnología está basada en un hidrodinámico que genera dos olas a la vez. Los inventores de este sistema de olas artificiales afirman que no se producen daños ecológicos y aseguran que se generan 120 por hora y permitan cabalgar sobre ellas con la tabla unos 20 segundos.

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