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El Buscón

Manuel Jiménez de Parga, ex presidente del Constitucional, critica con dureza extrema las conductas del Rey

En el Madrid político y empresarial, y por supuesto en los salones de los grandes bufetes de abogados, no se hablaba ayer de otra cosa. "Se bloqueó la centralita", que diría Luis María Ansón o Anson. ¿Motivo? El sustancioso comentario (Brevete) que "Secondat" incluía ayer en la página 17 del diario El Mundo. Pocas veces se ha leído algo tan duro sobre las conductas reales. Conviene aclarar que es la primera vez que, en un gran diario de tirada nacional, se alude de forma tan directa a las amistades del Monarca y al posible cobro de comisiones.

El Brevete en cuestión, titulado "La Constitución no escrita", decía textualmente así: "En nuestro actual sistema jurídico-político –con una Constitución escrita-, la norma fundamental puede completarse con leyes que desarrollen sus principios o que completen aspectos de lo ya establecido. Pero no hay que confiar demasiado en tales leyes. Hay prohibiciones que no pueden concretarse en un nuevo precepto. Por ejemplo, que el Rey no tenga una amante fuera del matrimonio o que no reciba un tanto por ciento de las operaciones económicas internacionales. Las leyes generales ya castigan esos desmanes. Una Constitución no escrita, como es la vigente en Gran Bretaña, puede ser más eficaz que las constituciones con textos precisos y detallados. Aunque no esté redactada en un papel, La eficacia política y la libertad de los ciudadanos se coordinan de forma maravillosa en aquellas islas. Así lo reconocen los conocedores de aquel régimen. Es el sistema modelo".

Lo que muy pocos saben es que detrás del pseudónimo Secondat se esconde la figura de Manuel Jiménez de Parga, catedrático de Derecho Constitucional y ex presidente del Tribunal  Constitucional (noviembre de 2001 a junio de 2004), además de ex ministro de Trabajo con la UCD y miembro del Consejo de Estado. Que un hombre como Jiménez de Parga, una figura respetada en los ambientes jurídicos y judiciales españoles, dispare con calibre tan grueso sobre asuntos que afectan tan directamente a la Corona, parece indicar que la situación de Don Juan Carlos se complica, en tanto en cuanto la crítica ya no está confinada a la charleta de amigos en la barra del bar de la esquina o a la broma entre jóvenes en las redes sociales, sino que ha empezado a calar en estamentos de poder muy significados.  

"No queremos tener aquí un Emir"

En marzo de 2010, Jiménez de Parga, miembro también de la Academia de Ciencias Morales y Políticas, y hasta entonces firma habitual en las "terceras" de ABC, fichó por El Mundo y lo hizo recuperando los comentarios que años atrás hizo famosos en Diario 16 con el pseudónimo de Secondat, en homenaje a la figura de Charles Louis de Secondat, Señor de la Brède y Barón de Montesquieu, cronista, pensador político francés y figura emblemática de la Ilustración francesa. El nom de plume de Secondat surgió ya en los años sesenta, cuando al aludido firmaba con su propio nombre en La Vanguardia, y la censura, entonces dependiente del ministro Manuel Fraga, suprimía los artículos sólo porque aparecía su nombre.

Jiménez de Parga, alias Secondat, ya había disparado con intención en un Brevete publicado el pasado 12 de abril y titulado "El Rey en Kuwait". "Es dudoso, desde el punto de vista constitucional", afirmaba, "que el Rey de España pueda hacer en Kuwait gestiones personales de carácter político o económico (actuando en solitario sin un miembro del Gobierno que le cubra). Según el artículo 64.1 CE, Los actos del Rey serán refrendados por el presidente del Gobierno y, en su caso, por los ministros competentes. La doctrina distingue dos clases de refrendos: el que se efectúa mediante una contrafirma en los textos escritos, y el refrendo tácito con la presencia de un ministro del Gobierno junto al Monarca cuando éste actúa. Por ello existe un ministro de Jornada al lado del Soberano en cada uno de sus viajes. Hemos esperado, después de la presencia desamparada del Rey en Kuwait y de sus declaraciones públicas, la pertinente confirmación (o refrendo del Gobierno). Ante el silencio de éste, aumentan las dudas sobre la constitucionalidad de las gestiones regias en Kuwait. La nuestra es una Monarquía parlamentaria. No queremos tener aquí un Emir, del estilo de Su Alteza el Jeque Sabah Al-Ahmad Al-Jaber Al-Sabah". ¿Se ha levantado la veda de verdad?

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