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El Buscón

Moncloa sigue sin querer saber nada de las ayudas a la prensa

“Entre mis prioridades no está la televisión”. La frase corresponde al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, consciente de que consiguió llegar a La Moncloa sin la ayuda expresa de ninguna cadena de televisión en concreto. Tal como suena, parece que de este juicio del presidente cabría suponer alguna ventaja para los editores de prensa, pero va a ser que no. Lo que ha podido constatar ya la Asociación de Editores de Diarios Españoles (AEDE) es que en La Moncloa se respira hasta ahora la misma displicencia hacia los periódicos en soporte papel que la que reinó en los tiempos de Zapatero.

En la agonía del anterior Gobierno socialista, la Asociación que agrupa a las principales distribuidoras de prensa y revistas mantuvo negociaciones de última hora con el entonces  ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, para estudiar posibles ayudas al sector. La cosa acabó en nada. Las negociaciones se han vuelto a reanudar con Moncloa, en esta ocasión con la vicepresidenta primera, Soraya Sáenz de Santamaría. Y la conclusión de quienes están interviniendo en ellas es la misma: no hay interés alguno en el Gobierno a ayudar a la prensa escrita, porque lo único que interesa es la televisión. 

En estas conversaciones se han abordado múltiples vías para socorrer a un sector que parece desahuciado: IVA cero, ayudas directas a la distribución, compensaciones por cada ejemplar vendido o ingresos publicitarios derivados de las campañas institucionales. Nada de nada. 

En los últimos meses, varios grupos se han visto obligados a cerrar cabeceras consolidadas. La asfixia publicitaria ha puesto sobre la mesa operaciones corporativas y la necesidad de concretar sinergias para reducir los máximo posible los costes de impresión y distribución. Todo por sobrevivir. Y es que la reconversión del sector se ve condicionada por el desplome de los ingresos publicitarios. El sector ha pasado de facturar 1.461 millones de euros en 2007 a 742 millones de euros el año pasado, tal y como pone de manifiesto el informe anual confidencial que Deloitte elabora para la Asociación de editores de Diarios Españoles (AEDE). Fuentes asociadas a AEDE, en este sentido, aseveran que el inicio de 2012 está siendo incluso más duro: la mayoría roza el 20% de disminución. La mayoría de los periódicos están con el agua al cuello.

En plena campaña electoral, los editores buscaron el apoyo del entonces vicesecretario de Comunicación del Partido Popular, Esteban González Pons, el cual puso de manifiesto que la intención de su partido era “ayudar a la prensa a encontrar su evolución hacia un nuevo modelo de negocio”. Conrado Carnal, presidente de AEDE, expuso a González Pons que el mundo digital está comprometiendo “muy gravemente nuestra propia supervivencia”. La campaña electoral es historia; el PP gobierna con mano de hierro. Con Pons fuera de juego los hasta ahora todopoderosos editores dependen de la mediación de la vallisoletana Sáenz de Santamaría, la cual desde que asumiese la portavocía del Gobierno ha demostrado que no le tiembla el pulso al anunciar medidas incómodas. Pese a quien le pese.

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