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El Buscón

UPyD se olvida de "fichajes rutilantes" tras los fiascos de Cantó e Irene Lozano

En Unión, Progreso y Democracia (UPyD) han acabado escaldados con los fichajes mediáticos que hicieron para las últimas elecciones generales. A Rosa Díez le han salido rana los diputados Irene Lozano y Toni Cantó y no quiere sorpresas similares para el futuro. Aunque pasó inadvertido para la mayoría, el pasado lunes fue el propio Andrés Herzog quien dijo que para las elecciones autonómicas y municipales del próximo 24 de mayo cuentan con 9.000 candidatos, pero sin "fichajes rutilantes". Un mensaje entre líneas para los que se han rebelado contra la dirección en las últimas semanas. 

Desde las pasadas elecciones andaluzas, UPyD es una suerte de polvorín donde los ánimos están a flor de piel. Y entre muchos militantes y simpatizantes que apoyan a Rosa Díez cunde la sensación de que los fichajes de personas conocidas por otra actividad pública ya no son nada recomendables. Lógico pensamiento para quienes consideran que Cantó y Lozano han traicionado la confianza de Díez, Herzog y el resto de la dirección del partido. Estos sectores no pueden olvidar que estos diputados jamás se habían pronunciado contra la estrategia del partido hasta que se produjo el desastre de Andalucía. 

Crecen las tensiones y las desconfianzas porque algunas de las informaciones más negativas que se han publicado sobre los magentas provienen del seno de la formación

Incluso, a este Buscón aficionado a las travesuras le cuentan que en UPyD existían planes para lograr alguna incorporación rutilante de cara a las citas con las urnas de este año eminentemente electoral. Ya no existen planes en tal sentido. Y es que en la formación crecen las tensiones y las desconfianzas de unos y otros, teniendo en cuenta, sin ir más lejos, que algunas de las informaciones más negativas que se han publicado sobre los magentas provienen del seno de la formación.

Por ejemplo, al día siguiente del batacazo de Andalucía algunos dirigentes susurraron a los medios la especie de que Díez iba a dimitir. Algo hecho, claro está, con la intención de forzar dicho abandono. Y existen otros casos similares que han disgustado a muchos en UPyD, partido que sufre ahora en sus carnes el juego de traiciones inesperadas que es costumbre en la corrompida política española

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