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El Buscón

Cómo conseguir 180.000 seguidores en twitter sin escribir un carácter o el 'cibermilagro' de Carlos Slim

Carlos Slim

Dicen que el que no se hace un hueco en las redes sociales es como si no existiera. De hecho, la presencia en el ciberespacio se ha convertido para muchos, no ya en una exigencia profesional, sino casi en una necesidad. Políticos, famosos, deportistas y empresarios se esmeran a diario en lucirse con los célebres 140 caracteres con el único objetivo de influir, dejarse ver y, también, aumentar la lista de followers, ese número en el que el éxito o el fracaso se cuantifica en la cantidad de cifras que tenga. Por encima de 1.000, no está mal si eres un 'currito'. Para una celebridad es un fracaso. A partir de 10.000, se puede empezar a presumir. Más de 100.000, la cosa va en serio. Si se acerca uno a los 200.000, eso ya son palabras mayores y se puede sacar pecho.

Claro que, alcanzar esas cifras de seguidores sin escribir casi ningún mensaje en la red social y, además, sin molestarse en convertirse en seguidor de un elenco elevado de personas -uno de los trucos que utilizan algunos para arañar followers-, sólo se puede calificar de 'cibermilagro', algo al alcance de muy, muy pocas personas. Una de ellas es Carlos Slim Helu, el multimillonario mexicano cuyo perfil oficial en twitter, @carlosslim, iba por los 177.488 followers cuando se comenzaron a escribir estas líneas. Y todo ello con cero tuits -sí, ha leído bien, cero-. Y, además, siguiendo únicamente a otros dos tuiteros. ¿A quiénes? Pues a dos personas muy cercanas a él: Marco Antonio Slim y Artur Elias Ayub.

Claro que si nos fijamos en qué les ha pasado a otros magnates en sus primeras incursiones en twitter, seguramente la cautela del millonario mexicano sea de lo más inteligente. Ahí está su colega en la lista de los más ricos del mundo, el británico Rupert Murdoch, que decidió despedir el año 2011 adentrándose en los vericuetos de los 140 caracteres y a los cuatro días ya había demostrado que esto de las 'ciberrelaciones' sociales no es lo suyo. Insultó a un país, tuvo que borrar un tuit nada afortunado, envió mensajes sin sentido o, sencillamente, en blanco, erró al escribir varias palabras y, para rematar, utilizó como foto de su perfil una imagen que parecía elegida por el peor de sus enemigos. Desde luego, su estreno no dejó indiferente a nadie. Ahora, su foto ha mejorado, es tan moderado con sus mensajes que en estos cinco meses sólo lleva 292 tuits y ha conseguido que nada menos 237.133 estén pendientes de lo que escribe. Lo que no consta es cuántos de éstos le siguen para ser testigos de su próxima metedura de pata.

Mientras Carlos Slim se decide o no a escribir su primer tuit, su lista de seguidores sigue creciendo sin parar. Ya iba por 177.531... cuando se terminaba de escribir estas líneas.

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