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El Buscón

Calatrava 'se la clava' a Izquierda Unida con 30.000 €: no pedirá más por la polémica web

Santiago Calatrava, con Carlos Fabra y Francisco Camps

Santiago Calatrava Valls pasará a la historia como el arquitecto de la burbuja inmobiliaria española. Aunque muchos lo consideran el arquitecto del PP, lo cierto es que consiguió contratos en todo tipo de ciudades, con todos los partidos políticos, en multitud de países. Como en tantas otras cosas, cuando bajó la marea se pudo ver lo que la euforia y la pasta impedían. Con un valor estético que a unos puede gustar y a otros no, el arquitecto, cuya sociedad patrimonial se encuentra domiciliada en Suiza -donde reside desde hace más de cuarenta años-, acumula problemas y demandas a lo largo y ancho del globo: sobrecostes de 50 millones en tres puentes holandeses, doblar el coste de la estación de tren en la zona cero de Nueva York, un puente en Murcia conocido por las roturas de cadera de la tercera edad cuando caen cuatro gotas, un obelisco loco que costaba 300.000 euros al año en la plaza de Castilla de Madrid, un puente en Venecia donde se libró de pagar tras un juicio...

El arquitecto ha decidido finalmente conformarse con los 30.000 euros de multa impuestos por el juez y retirar su pretensión inicial de percibir 600.000

La lista de problemas del arquitecto valenciano es interminable. Sin embargo, ha sido en su 'terreta' donde el multimillonario arquitecto más ha construido y, por ende, más la ha 'clavado'. Por ejemplo, a los miembros de 'Calatrava te la clava', la organización tras la que se encontraba Esquerra Unida del País Valencià y que venía denunciando desde 2011, a través de su web, "que Calatrava había cobrado más de 100 millones de euros de dinero público sin facturar IVA ni tributar en España, gracias a unos contratos adjudicados a dedo y con unas condiciones absolutamente ventajosas, pues cobraba un porcentaje sobre el coste final de las obras y por tanto se beneficiaba directamente de los sobrecostes generados por sus propios errores o improvisaciones", como aseguran en el citado portal.

A Calatrava le parecía muy mal esta web (que alcanzó un millón de visitas y fue noticia en medios como 'The New York Times' y demandó a EUPV casi dos después de su lanzamiento. "El 29 de enero de 2014, Esquerra Unida del País Valencià recibió la notificación de una demanda de Santiago Calatrava Valls exigiendo el cierre de la página web y una indemnización de 'al menos 600.000 euros' por una supuesta intromisión en su honor. Según la demanda, en nuestra web tratamos de vincularle a una presunta trama de corrupción al mostrarle con Francisco Camps y Carlos Fabra (con quienes él mismo se hizo las fotos cuando firmaba suculentos contratos públicos). Además, Calatrava niega haber sido el culpable de los sobrecostes de sus obras (que le supusieron también un incremento en sus ganancias) y afirma que la 'enorme trascendencia internacional de la web' le provocó la pérdida de algunos contratos, como la construcción del puente ‘Barra da Tijuca’ en Brasil", dice la página.

El 15 de mayo de 2014 se conoció la sentencia del juez de primera instancia, que estima parcialmente la demanda de Calatrava condenando a Esquerra Unida a cerrar el dominio calatravatelaclava.com y a indemnizar al arquitecto con 30.000 euros por "intromisión ilegítima en el derecho fundamental al honor”. En su auto, el juez daba la razón a la formación política considerando que incluía 'verdades incontrovertidas', pero estima que el nombre en sí del dominio es injurioso y establece 'discrecionalmente' el montante de la indemnización. Hoy el caso está definitivamente cerrado, tras mantener la Audiencia Provincial la multa inicial impuesta a Izquierda Unida y retirar finalmente el arquitecto su recurso ante el Supremo para exigir a la formación una indemnización mayor.

Así pues, el partido político, que ya ha tenido que cambiar el nombre de la web (la actual se llama 'Calatrava no nos calla'), no tendrá más remedio que pagar al arquitecto los 30.000 euros fijados por el juez. Para ello podrá utilizar lo recaudado en un crowdfunding lanzado porque la multa, dicen, es "calderilla para Calatrava, pero muy difícil de asumir para nosotros". 

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