Quantcast

El Buscón

Pedro J. Ramírez ya no come en Moncloa; ahora va ZP a su casa

Las cosas cambian, como la vida misma. La espléndida relación que el director del diario El Mundo, Pedro J. Ramírez, llegó a establecer con el ex presidente del Gobierno Rodríguez Zapatero, convirtió al periodista en un visitante casi habitual en Moncloa, donde con frecuencia compartió mesa y mantel con el de León, a quien aconsejó en tareas de Gobierno con la fogosidad y vehemencia que caracteriza al riojano, todo ello para disgusto de la mayor parte de la nómina socialista, que no tiene a Ramírez precisamente por un amigo.

Pues bien, con Mariano Rajoy inalcanzable, de momento, y con Zapatero ya fuera de Moncloa, vecino ahora del barrio residencial de Somosaguas, en Pozuelo de Alarcón, es el de León el que acude a almorzar a casa del periodista, un pisazo, que diría un castizo, sito en el Paseo de la Castellana, muy cerca de la glorieta del Doctor Gregorio Marañón y al lado de conocido café restaurante Hispano.

Allí llegó ZP con su barahúnda de escoltas este lunes 27 de febrero, para almorzar distendidamente con Pedro y con un tercer periodista, amigo de ambos, Oscar Campillo, actual director del diario deportivo Marca. Campillo fue el primer biógrafo de Zapatero, y hay quien sostiene que fue quien abrió las puertas de Moncloa a Ramírez, afirmación que puede sonar arriesgada teniendo en cuenta que socialista y periodista eran ya amigos antes de que el de León llegara a la presidencia del Gobierno para desgracia nuestra.

Paisano de Zapatero, Campillo fue brevemente director del periódico La Crónica de León antes de hacerse cargo de la dirección de El Mundo en Castilla y León. En marzo de 2009 se incorporó a la televisión autonómica de la Comunidad castellano-leonesa, hasta que en marzo de 2011, Pedro J. lo rescató de nuevo para la dirección de Marca en sustitución de Eduardo Inda. Para La Esfera de los Libros (también de Unidad Editorial), Campillo ha escrito una biografía (“Zapatero, presidente a la primera”), sobre el político leonés. 

Dicen que ahora ZP ha recuperado el ánimo y está mucho más dicharachero, incluso divertido, que en sus últimos tiempos en Moncloa, donde parecía el espectro de un hombre confundido, superado por los acontecimientos, que vagaba como alma en pena aislado de todo y por todos, solo sostenido por la inquebrantable fidelidad de su primo José Manuel Vidal, nombrado director de asuntos institucionales de Presidencia del Gobierno, por aquello de nombrarle algo para poder estar a su lado. “Ahora”, dice Pedro J., “es cuando realmente da gusto hablar con él”. Ya se sabe, no hay cosa que vuelva más humano a cualquier poderoso que la pérdida del poder.

Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.