Publicado: 10/12/2014 04:00
Hay testimonios que valen su precio en oro, sobre todo teniendo en cuenta la ley del silencio que suele imperar entre aquellos empresarios que se juegan sus cuartos con el poder establecido, al estar sus negocios sometidos directamente a los efectos de la regulación. Una de estas revelaciones ha quedado agazapada en el dominical XLSemanal que publica el diario ABC, donde el pasado 9 de noviembre se incluía una entrevista con Leopoldo Fernández Pujals, primero presidente de Telepizza y desde 2004 al frente de la empresa de Telefonía Jazztel. En esta entrevista, Fernández Pujals, además de publicitar su libro, relata que hace años hizo una transferencia desde su cuenta bancaria a la del Partido Popular en Madrid por importe de 100.000 euros para contribuir a su campaña electoral. “La siguiente noticia que tuve es que había un límite de 60.000 euros anuales para este tipo de ayudas y que me habían devuelto 40.000. Mi abogado trató con el que se encargaba de las finanzas...”.
La llamada de Rajoy al empresario
El periodista le pregunta si se trataba de Luis Bárcenas. La respuesta del empresario es clara: “Con ese caballero, sí”. Para él, lo simpático fue que al finalizar el año en el que hizo esta donación desinteresada, recibió una llamada del PP para decirle que al partido le gustaría poder recuperar esos 40.000 euros que se quedaron en el limbo. Ni corto ni perezoso, Fernández Pujals se los envió al cuartel general de la calle Génova, 13 e ¿imaginan quién le telefoneó para agradecerle el detalle? ¡El mismísimo Mariano Rajoy! Así lo cuenta el interesado: “Mariano Rajoy me llamó para agradecerme el dinero. Luego salió la noticia de que ese Bárcenas tenía otros métodos de cobrar, pero el mío fue legal”.
Fernández Pujals pasa por ser una de las 25 mayores fortunas de España, no oculta su apego al PP y ofrece también en la entrevista una receta original para arreglar el país. En su opinión, es cosa de “dar una sacudida muy fuerte al olivo”. Y para eso, añade, “se requiere que personas como yo, ya retiradas, se metan en política, porque ya han aprendido cómo gestionar". "De eso”, concluye, “yo veo poco en España”.
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