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El Buscón

¿Qué fue del ‘sustancioso’ proyecto que Cobo iba a traer a Ifema hace ya dos años?

Cobo, cuando todavía era vicealcalde de Madrid, pasea junto a Botella.

Pues ahí está, tan parado como la semana, el mes o el año pasados. Manuel Cobo, el filósofo, el vicealcalde, el fiel escudero que recitaba de carrerilla a Bertolt Brecht en tiempos del faraón Ruiz-Gallardón (¿qué habría pensado Brecht de la Caja Mágica?), está escondido. Así lleva desde que tuvo que levantar el teléfono y llamar a su archienemiga Esperanza Aguirre en diciembre de 2011 para que la poderosa expresidenta le buscara acomodo en la Institución Ferial de Madrid, ese cementerio de elefantes del PP.

Consumaba así Cobo su retiro, cuando menos momentáneo, de la ensordecedora alta política a la que se había acostumbrado, con suspensión de militancia incluida por la explosiva entrevista que concedió a El País, diario amigo. Son muchos los que le ven achicharrado ahora que el jefe Gallardón va por su cuenta, cada vez con menos amigos. Pero como es responsable de Política Local en Génova, es de suponer que sigue manejando algún hilo.

¿Y en Ifema? En Ifema tiene uno de esos cargos llamados a cobrar sin ser visto: coordinador de gestión, que en el organigrama de la institución no se ve por ninguna parte. Tan invisible era el cargo como él mismo los primeros meses en Campo de las Naciones, si bien es verdad que el 31 de agosto de 2012 el exvicealcalde sufrió un terrible accidente de moto que lo dejó inconsciente y, a posteriori, tocado físicamente.

A El Buscón le cuentan que vino prometiendo unos “proyectos cojonudos”, los cuales iban a traer ingentes sumas de dinero. Ifema ha sobrevivido bien a la crisis, aunque la caída de las convenciones de negocios la han afectado notoriamente. Este año, uno de los que trabaja “de verdad”, Fermín Lucas, brega con su equipo para no entrar en pérdidas. El consorcio público no ha necesitado hacer ningún ERE.

A Ifema le vendrían bien esos proyectos… si de verdad fueran reales. A Cobo, con secretaria, coche oficial y sueldazo, no se le veía nunca por su despacho, aunque algunas personas señalan que ahora sí que aparece de martes a jueves. Lo que ocurre es que ya nadie le pregunta por sus planes tan sustanciosos. Si acaso, pues que los traiga Bertolt Brecht. 

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