Guindos se quiere bajar del coche oficial, pero sus propuestas no tienen eco en el resto del Gabinete

El recorte que el Gobierno ha decidido hacer en el parque móvil ministerial es bastante ambicioso, pero no llega a satisfacer la propuesta que hace ya varias semanas viene haciendo el ministro de Economía, Luis de Guindos, para que los miembros del Ejecutivo se bajen también del coche oficial y manden señales de auténtica austeridad a los sufridos ciudadanos agobiados por los recortes. A pesar de que su idea no ha tenido éxito, porque dentro del Gabinete hay quien la ha considerado demagógica, hay que reconocer que ha servido para que dentro del Ejecutivo se abra un debate interno que ha concluido en la decisión anunciada este jueves por la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría.

En adelante, el propósito del Gobierno es que los directores generales dejen de utilizar de forma habitual el coche oficial para ahorrar en las nóminas que se abonan a los chóferes, en combustible y en el mantenimiento de los vehículos. En total, se calcula que pueden arañarse más de 10 millones de euros de aquí a 2014, un cálculo que muchas voces identifican como el ‘chocolate del loro’, teniendo en cuenta que el techo de gasto supera con creces los 100.000 millones de euros el año que viene. Armada de reflejos, Sáenz de Santamaría ha replicado que con tanto loro hasta puede montarse una pajarería.

Falta por saber si esta medida ejemplar tomada por el Gobierno, es verdad que con gran retraso, va a aplicarse también en las 17 comunidades autónomas y en los más de 8.000 ayuntamientos. La previsión es que al cierre de 2014 el número total de vehículos oficiales no supere los 700, lo que supondría una reducción del 30%, ya que se quieren preservar los coches que se denominan de incidencias. A partir de ahora, es fácil de anticipar que al disminuir la flota de estos vehículos aumentarán las tiranteces de los segundos escalones ministeriales para desplazarse con las mismas comodidades que hasta ahora, se comenta en los ministerios.

Para algunos miembros del Gabinete, Guindos lo tiene demasiado fácil para defender la supresión de los coches de los ministros porque se pasa más de la mitad del mes de viaje oficial, la mayor parte del tiempo en Bruselas. Así, cualquiera.