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El Buscón

La redacción de 'La Gaceta', sin periódicos los fines de semana porque se los roban

Bastantes problemas tiene ya el diario La Gaceta como para sopartar también el vandalismo. Resulta que durante los fines de semana los trabajadores del periódico de Intereconomía se suelen quedar sin hojear la prensa. Y la causa es que existen grupos de jóvenes que cuando trasnochan se dedican a acudir a la sede del periódico, en la calle Modesto Lafuente, en pleno distrito de Chamberí, para sustraer los ejemplares del rotativo que los repartidores han dejado allí previamente

La primera vez que ocurrió los empleados de La Gaceta pensaron que se trataba de un hecho aislado. Pero no. Ya ocurre todos los fines de semana. Y ello provoca que los trabajadores se queden sin leer en papel su propio periódico. Se da la circunstancia de que en el edificio donde está el rotativo no existen medidas de seguridad sofisticadas y tampoco trabajan por las noches los guardias que custodian el lugar durante el día. O sea, un campo fácil para unos vándalos que, por lo que parece, son adictos al diario de Intereconomía. 

Estas gamberradas representan, no obstante, solo uno de los problemas que ahora mismo acucian al rotativo. Tras una fallida experiencia de promoción con barras de pan que ya les adelantó este Buscón, actualmente el diario solo se difunde en Madrid. Los últimos datos conocidos sobre su número de lectores hablaban de 8.000, pero en este momento resulta imposible conocer cuántas personas la compran porque, según se ha publicado, los responsables del periódico no envían sus datos a la Oficina de la Justificación de la Difusión (OJD).

Pese a los fuertes problemas económicos que atraviesa el Grupo Intereconomía y, por ende, La Gaceta, a mediados del pasado octubre se esperaba un rediseño del rotativo. Sin embargo, esa decisión parece aplazada sine die. Además, por aquello de que a perro flaco todo son pulgas, en los últimos días los ejemplares de la competencia han dejado de llegar a la sede de La Gaceta. Esto ha provocado que los propios redactores tengan que bajar al quiosco para adquirir los periódicos

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