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El Buscón

Javier Godó, fractura de tibia y peroné, compartió clínica Teknon con Johan Cruyff

El editor Javier Godó, Grande de España.

Dicen que los ricos de postín jamás se someten a las servidumbres del calendario vacacional al que están obligados el resto de los mortales por razones básicamente dinerarias o laborales. En Semana Santa, por ejemplo, los ricos de postín no se van de viaje el Miércoles Santo, ni siquiera el llamado Domingo de Ramos. Los ricos de verdad se van una semana antes para no coincidir con las masas que todo lo anegan, y también regresan antes del Domingo de Pascua, para no sentir los agobios propios de las multitudes viajeras. Es lo que hizo esta Semana Santa, como otras tantas, Javier Godó Muntañola, 75, III conde de Godó y grande de España, presidente del Grupo Godó, cuya radio de referencia es RAC1 y cuyo periódico de cabecera es La Vanguardia.

Javier Godó resultó parcialmente arrollado por un coche y sufrió una fractura de tibia y peroné en Florencia

Javier Godó fue a pasar sus vacaciones a Florencia, el centro histórico, artístico, económico y administrativo de la Toscana, la ciudad que alberga maravillas como los Uffizi o el David de Miguel Ángel. Y estando en Florencia, el editor decidió acudir, como tantos turistas, a solazarse a la piazza Santo Spirito, un lugar perfecto para dar un paseo tranquilo lejos del bullicio de las calles del centro. Situada en Oltrarno, un barrio con carácter propio, el elemento arquitectónico descollante de la plaza es la basílica de Santa María, una de las iglesias principales de la ciudad, de aspecto exterior un tanto austero pero cuyo interior esconde uno de los mejores ejemplos de la arquitectura italiana del Renacimiento.

Es una plaza bonita, tranquila, que no tiene nada que ver con las grandes atracciones turísticas de la ciudad, particularmente animada por la noche, cuando gente muy variopinta deseosa de impregnarse de su ambiente bohemio se sienta en los numerosos cafés y restaurantes que la adornan dispuestos a tomar una pizza, un capuccino o lo que se tercie. Se trata de una plaza peatonal vetada al tráfico rodado, a la que solo pueden acceder los coches de residentes, más bien escasos, por lo que resultar atropellado en Santo Spirito es una rara casualidad o un caso de auténtica mala suerte.

Es lo que, a plena luz del día, le ocurrió la semana anterior a la propia Semana Santa a Javier Godó, quien, en circunstancias aún no muy claras, resultó parcialmente arrollado por un coche que circulaba a velocidad francamente moderada, ¿una distracción del conductor, del viandante o de ambos? Con resultados de auténtica mala suerte, puesto que el editor, cuya condición física hace tiempo que no es la mejor, sufrió fractura de tibia y peroné en una de sus extremidades. Inmediatamente fue repatriado a Barcelona en un avión medicalizado, para ser ingresado en el Centro Médico Teknon, en la calle Vilana, a tiro de piedra del Paseo de la Bonanova.

Godó, un "catalán en lo catalán"

En la Quirón Teknon, el conde de Godó compartió hospitalización durante varios días con un personaje tan conocido como Johan Cruyff, ingresado en la prestigiosa clínica aquejado de un cáncer de pulmón en fase terminal. El futbolista falleció en la clínica el jueves santo, 24 de abril, tres días antes de que Javier Godó recibiera el alta médica, el 27 de marzo, el llamado Domingo de Resurrección, para continuar la recuperación en su domicilio, un precioso palacete situado en el paseo de la Bonanova, en la zona más noble de Barcelona, a tiro de piedra de Pedralbes. Un proceso que se presume lento para un hombre de su edad y condición física, obligado a viajar todos los meses a Düsseldorf para tratarse allí su problema de columna.

El editor de La Vanguardia, antaño apellidada "Española", pasa por ser un hombre que ha sabido adaptarse cual camaleón a las circunstancias de la historia de España y Catalunya. Un tipo acomodaticio que tontea con el independentismo, que patrocina una radio, RAC 1, claramente volcada en favor del prusés, y que lidera un diario que tampoco lo ve con malos ojos. A cambio, recibe generosas subvenciones de la Generalitat de Cataluña. En una jugosa entrevista firmada por ese genio del periodismo que es Pilar Rahola el 1 de mayo de 2011, el editor manifestaba las razones de tanto vaivén asegurando que "la realidad ha cambiado y La Vanguardia siempre conecta con la realidad. Esto es precisamente La Vanguardia, saber pulsar el momento del país".

A preguntas de la aguerrida reportera sobre las razones para lanzar una edición en catalán, el empresario respondía de esta guisa: "Mira hacia abajo, mira la Diagonal, mira el país. Catalunya ha cambiado, la ley de inmersión lingüística, que ha sido un gran éxito, ha normalizado el idioma, el paisanaje también se ha normalizado lingüísticamente, la redacción habla en catalán, la mitad de las cartas de los lectores llegan en catalán, hemos hecho una radio privada exitosa en catalán, las reglas de juego son otras. Poco a poco me voy encontrando que toda la casa habla, lee y escribe en catalán". Según la Rahola, el patrón es "liberal en las ideas, tradicional en las costumbres, trascendente en lo religioso, catalán en lo catalán". ¿Independentista?, pregunta la osada: "¡No, por Dios! Eso es un gran esnobismo".

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