La Guerra Civil desaparece del lenguaje de la Iglesia madrileña

El cardenal más papista, Carlos Osoro, fue apeado de la posible sucesión de Ricardo Blázquez. Entre algunos compañeros parece que no gustan algunas actitudes del arzobispo de Madrid al que acusan de blando con algunas cuestiones como el autobús de Hazte oir o similares. Los obispos también consideran que Osoro no es lo suficientemente beligerante contra el PP al que cree que "habría que exigirle más". Este grupo es el más resistente a las reformas del Papa.

Sin embargo, estos ataques de los obispos refuerzan su postura en Roma que considera a Carlos Osoro uno de sus principales baluartes en España y defensor de las reformas que ha emprendido Francisco.

La Guerra desaparece

La última iniciativa de la iglesia madrileña seguro que va a traerle también algunos problemas al cardenal arzobispo de Madrid. Se ha celebrado en Madrid el acto de apertura de la causa de canonización de Cipriano Martínez Gil y 55 compañeros sacerdotes y familiares, “mártires del siglo XX en Madrid”, según reza en la convocatoria del arzobispado. Estos sacerdotes fueron fusilados durante los años en que Madrid era cercado por las tropas franquistas tras la sublevación en 1936.

El cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, presidió la ceremonia, acompañado por el obispo auxiliar, monseñor Juan Antonio Martínez Camino. No hay duda del apoyo de los dos a sus compañeros asesinados, pero en la literatura que se ha preparado para el acto, así como en el librito editado para el mismo, no se habla de “Guerra Civil”, sino de “mártires del siglo XX”.

4.000 sacerdotes

En el prólogo de dicho libro se habla de que en el siglo XX miles de cristianos de todas las confesiones (católicos, ortodoxos, armenos, protestantes, anglicanos, etc,..) fueron “llevados a la muerte por ser seguidores del Dios crucificado”. El prologuista, el obispo Juan Antonio Martínez Camino, recuerda que “en la España de los años treinta del siglo pasado dieron su vida como testigos de fe unos 4.000 sacerdotes…”.

En ningún momento el sacerdote habla de quienes fueron los asesinos de estos curas, ni de la Guerra Civil o el papel de la izquierda en esos sucesos. En la biografía de cada uno de los candidatos a canonización el lenguaje es también suave y evitar término de Guerra Civil, asesinos o palabras duras.