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El Buscón

¿Crisis? ¿Qué crisis? Interior ultima una orden para sacar brillo al célebre 'Todo por la patria'

El célebre cartel del 'Todo por la patria' a la entrada de una casa cuartel de la Guardia Civil.

La tradición es la tradición y para mantenerla este Gobierno, tan amigo de los recortes, no escatima en leyes. Menudo es para eso el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, que igual se va al norte de África a recorrer los campos donde tuvo lugar el llamado desastre de Annual con la emoción a flor de piel que prepara una orden ministerial para dejar bien claro a los guardias civiles que siguen perteneciendo a un cuerpo militar, por si a alguno se le ha olvidado. Por eso, en los próximos días él y su colega de Defensa, Pedro Morenés, llevarán a la mesa de la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría para que la firme una orden ministerial en la que "se declaran de aplicación a la Guardia Civil diversas normas del ordenamiento militar sobre mando, disciplina y regimen interior".

Título largo para un texto cuyo primer borrador consta de seis folios, cinco artículos y tres disposiciones finales en los que, además de recordar "los aspectos esenciales del régimen interior de una Institución de naturaleza militar", aprovechan para darle 'una mano de pintura' a ese mítico lema del 'Todo por la patria' que cuelga en todas las casas cuartes del benemérito instituto. Pero no malintrepete el ciberlector a este Buscón. No es que los dos ministros vayan a sacar el bote de titanlux y el limpiametales y se vayan de tournée este verano por esas tierras de España, de casa cuartel en casa cuartel, dando brillo, esplendor y realce al célebre letrero al más puro estilo Benito y Manolo, no. Simplemente es que ambos han considerado que una cuestión tan capital en esta época de crisis que nos ha tocado sufrir se merece un esfuerzo reglamentario para dejar bien claro que al tradicional lema le quedan muchos años de vida.

Por ello, aprovechando que ponen firmes a los guardias civiles recordándoles eso del saludo, la disciplina y la jerarquía, van a meter en el texto unas líneas en el que se destaca que "en la entrada principal" de todas las instalaciones del Instituto armado, "en lugar bien visible, y junto al emblema de la Guardia Civil, figurará el lema 'Todo por la Patria'". "Del mismo modo -recalca el borrador a continuación-, también en lugar destacado, figurará el texto de la Cartilla Fundacional que hace referencia al honor como principal divisa de los guardias civiles". Más que nada por si a alguien que entra por primera vez en las instalaciones le queda alguna duda sobre dónde está y con quién se va a encontrar. 

El texto normativo no explica el por qué de este arrebato 'patrio' de ambos ministros, pero en los despachos de muchos mandos verdes aún se recuerda con pavor que el anterior director general de la Guardia Civil, el socialista Francisco Velázquez, llegó a barajar la idea de retirar el sacrosanto cartel por eso de que la modernización del instituto armado no se tenía que quedar únicamente en los uniformes con gorra beisbolera de los agentes, sino también en sus símbolos. La idea no pasó de eso, de una idea de despacho, pero a más de uno se le quedó el susto en el cuerpo, y ahora parece que Fernández Díaz y Morenés han decidido asegurar sobre el papel la supervivencia del 'Todo por la patria', que ya se sabe que las crisis las carga el diablo y nunca se sabe cuándo puede haber unas elecciones anticipadas.

Lo cierto es que el borrador de la orden ministerial ya ha levantado ampollas entre los propios guardias civiles, y no por lo del lema, sino por el resto de su contenido. La mayoría de las asociaciones profesionales de guardias civiles han puesto el grito en el cielo nada más leerlo porque consideran que con él se produce una "remilitarización" de la institución cuando a lo que aspiran ellas desde hace tiempo es, precisamente, a lo contrario, a una 'civilización' de la misma. Ayer, de hecho, la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC), la mayoritaria entre los agentes, lanzó una nota de prensa criticando lo que consideran una vuelta al pasado. Unas quejas a las que, por ahora, sus máximos jefes, los ministro de Interior y Defensa, hacen oídos sordos. Bastante tienen ellos con que no se les caiga un cartel que, por cierto, le puede servir al mismísimo Rajoy para justificar su próxima tanda de recortes.

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