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El Buscón

Godó contra Lara: duelo de editores con el secesionismo al fondo

El presidente del Grupo Planeta, José Manuel Lara.

Las relaciones entre los dos importantes editores catalanes atraviesan por muy mal momento. Javier Godó, presidente del Grupo Godó, y José Manuel Lara, presidente de Planeta, que siempre han mantenido buenas relaciones, están ahora distanciados por razones estrictamente ideológicas. Godó está al frente de un conglomerado de medios, como La Vanguardia y RAC1, que mantiene una postura de apoyo a la línea soberanista de Artur Mas. Con matices, pero apoyo.

Lara, cuyo grupo cuenta con medios como Antena 3 y el diario La Razón, está en las antípodas. Hace unos días, Alfonso Ussía, uno de los más notables columnistas españoles y firma estrella del periódico, le dedicaba uno de sus artículos precisamente al conde de Godó, en el que le reprochaba la actitud de sus medios con el desafío nacionalista que promueve Convergencia y le pedía que renunciara al título de Grande de España que en su día le concediera el Rey Don Juan Carlos.

Era un artículo elegante, como todos los de la firma Ussía, pero muy firme y severo. Cayó mal en la casa Godó. Tanto que el conde telefoneó a Lara para pedirle que le diera un toque severo al ilustre articulista. La respuesta, según cuentan en la sede de Planeta, fue la esperada. Lara le recordó a su interlocutor que todos cuantos trabajan y opinan en La Razón gozan de absoluta libertad a la hora de desarrollar su trabajo, dentro siempre, naturalmente, de los márgenes que señala la Constitución.

Godó no ha dejado de referirse en términos poco afectuosos hacia Lara en los últimos tiempos. El presidente de Planeta, sin embargo, hace caso omiso a esos comentarios. Y sigue en su defensa de los valores democráticos que se recogen en la Carta Magna. Hace dos días, en la rueda de prensa de presentación del premio literario que concede su editorial, el más importante de lengua castellana, recordaba que "la independencia de Cataluña es imposible y ellos lo saben". En ocasiones anteriores, el editor ha subrayado que en el caso de que los secesionistas sigan adelante con su empeño, quizás no lo quedaría más remedio que trasladar la sede de su grupo a otro punto de España.

Como mezquina venganza de Gozó a esta actitud, el diario La Vanguardia le dedicó ayer tan sólo media columna a la intervención de Lara que, por otra parte, fue recogida por todos los medios nacionales con la extensión que se merece. Portadas, páginas interiores en medios impresos, minutos en los audiovisuales, tema de debate en las tertulias... Lara es posiblemente el único empresario catalán que se ha manifestado con valentía y sinceridad ante unos hechos que, pese a que preocupan profundamente la mundo econonómico catalán, no son objeto de denuncia ni de rechazo.

Los empresarios catalanes prefieren el silencio cómplice y la crítica en privado. Como Godó, que desde su periódico y su emisora se contempla con amabilidad y hasta con enfervorecidos aplausos (ahí están las columnas de opinión del diario, a caballo entre ERC y CiU, salvo gloriosas excepciones) lo que provoca el desconcierto en buena parte de su audiencia.

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