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El Buscón

Nicolasín es ‘socio’ de Puerta de Hierro, un Club con la entrada bloqueada desde los años 80

El 'pequeño Nicolás' en la proclamación de Felipe VI

A Nicolasín, el aprendiz de espía ahora desaparecido, le encantaba frecuentar los mejores restaurantes de la villa y corte durante el tiempo que ejerció como gran conseguidor madrileño, al punto de ser ya muy conocido por la mayoría de los jefes de sala, "Buenos días, Don Nicolás, ¿cómo está usted?" y así sucesivamente. Hoy, con el genio en tocata y fuga, son muchos los que cuentan anécdotas de las aventuras de Fran, como era familiarmente apodado en el PP, por las mejores posadas madrileñas. 

Uno de sus cuarteles generales donde particularmente le gustaba comer y aparentar es el Real Club de Puerta de Hierro de Madrid, en el que Fernando Ramírez de Haro, el abnegado marido de Esperanza Aguirre, se desempeña como vicepresidente en la actualidad, pero que ha tenido como presidentes a gente tan principal como el actual ministro de Defensa, Pedro Morenés. El Club Puerta de Hierro, uno de los más lujosos de Madrid, está considerado como un feudo del PP, por lo que no es de extrañar que al niño le gustara tanto acudir, y hacerlo con alguno de sus coches alquilados para impresionar a sus invitados.

Lo curioso es que desde finales de los años ochenta la inscripción de nuevos socios está cerrada a cal y canto, razón por la cual muchos no entienden la familiaridad con la que el niñato era tratado por todos los empleados, incluidos los del Restaurante, y razón también que abona la sospecha de que Nicolasín no era otra cosa que un alevín de espía, de esos que el CNI lanza a la calle para que, con arrojo y desparpajo, se vayan curtiendo y haciendo "hombres" de provecho de cara al futuro del Centro.

Entraba en Puerta de Hierro como Pedro por su casa

Socios habituales del Club han asegurado a este Buscón que los empleados de seguridad abrían la barrera al alevín de espía sin necesidad de mostrar ningún tipo de carné ni acreditación, además de, of course, saludarle con una amplia sonrisa y la mayor de las cortesías. 

Los camareros, cuentan testigos presenciales, estaban encantados con las propinas que repartía el menda. La dirección del Club, no obstante, les ha advertido muy seriamente de que deben guardar silencio sobre los clientes, especialmente sobre el joven Nicolasito, habiendo llegado al punto de amenazarles con el despido si cuentan cuestiones relacionadas con la presencia del impostor en las instalaciones. 

Algunos de estos empleados, no obstante, se han atrevido a confirmar a este Buscón que Nicolasín se presentaba con cierta frecuencia acompañado por uno de los hijos de José María Aznar. Su presencia, en concreto, fue constante durante los meses de julio y agosto, cuando la mayor parte de la jet madrileña andaba ramoneando por Marbella y Palma. En septiembre repitió almuerzos en el Club, hasta que en octubre, por razones obvias, desapareció para siempre. ¿Para siempre? 

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