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El Buscón

A Fernando Rodés, dueño del independentista Ara, le parten la cara por "cobarde"

Leopoldo Rodés

Es lo que tiene bailar con lobos o meterte en la cama con hienas. Que un día cualquiera te encuentras con un mordisco de los que marcan época, de los que dejan huella. Algo de eso le acaba de pasar a Fernando Rodés, quizá el más genuino representante de esa burguesía rica catalana, forrada de millones, que no ha tenido reparos en coquetear con el nacionalismo. Bueno, algo más que coquetear, puesto que Fernandito es el fundador y principal mantenedor -con Artur Carulla, otro que tal baila, del brazo- del diario ARA, uno de los baluartes mediáticos del independentismo. Pues bien, parece que a Rodés le ha entrado el canguelo a última hora y ha decidido dar marcha atrás y tomar precauciones. Protegerse. Y el movimiento indepe se le ha echado encima. Se lo quieren comer por las patas. Esto promete. 

Todo parecía ir sobre ruedas en ARA hasta que llegó la hora de insertar la publicidad institucional de la Generalidad de Cataluña llamando a los catalanes a participar en el referéndum ilegal del 1-O, con un aviso de por medio de la Fiscalía advirtiendo de la ilegalidad que cometen los medios de comunicación que divulguen la campaña. Y parece que a los Rodés, Carulla y resto de riquísimos indepes de pacotilla les ha entrado el canguelo y han dicho que no. “Ara no hará nada que ponga en peligro la continuidad del proyecto, ni se lo pondrá fácil a quienes querrían vernos cerrados en estos días tan decisivos. Proteger el diario, lo que equivale a decir la información y la opinión, es lo más importante ahora mismo de la publicidad”.

Es el texto (traducido del catalán) del comunicado emitido por el Consejo de Administración, es decir, por el mandamás Rodés, explicando las razones de esa negativa, comunicado que no sin cierta sorpresa ha hecho suyo el "consejo editorial" del diario, en el que participan destacados periodistas independentistas, patas negras del prusés como Antoni Bassas, Toni Soler, Albert Om, Xavier Bosch, Toni Piqué o Esther Vera, su actual directora, pata negra todos del prusés y con magníficas relaciones con el Gobierno de la Generalidad. Una especie de terremoto, en suma, que ha abierto una importante grieta en el bloque secesionista. Y el aparato de agitprop del golpismo se ha puesto en marcha contra Rodés, a quien obsequian con toda clase de epítetos, el más suave de los cuales es el de “cobarde”.

Los ricos independentistas tipo Fernando Rodés que se han embarcado en ese proyecto enloquecido de nueva Albania que JxSí y la CUP prometen a los catalanes se van a enterar ahora de lo que vale un peine, van a probar en carne propia cómo se las gastan esos “demócratas” capaces de hacer borrón y cuenta nueva de la legislación vigente, Estatuto de Cataluña incluido, en 48 horas. El caso es que el independentismo ha iniciado una campaña en redes sociales animando a la feligresía a darse de baja del rotativo, y parece que la caída de las suscripciones se está produciendo a buen ritmo. Voces tan significativas como la del director de la Escuela de Administración Pública de Cataluña, Agustí Colomines, han llamado al boicot al diario. “Si això es confirma, em donaré de baixa del @diariARA. La covardia és intolerable”.

Viviendo de las subvenciones de la Generalitat

El proyecto de un diario independentista en lengua catalana fue impulsado en 2010 por el grupo editorial Cultura 03, con la participación activa del citado Rodés, que ostenta la presidencia del rotativo, la Fundación Carulla (Agrolimen, GBFoods) y Víctor Font (Delta Partners). Tras sucesivas ampliaciones de capital, Rodés, Carulla y el propio Font se han convertido en sus principales accionistas. El diario ARA, como la inmensa mayoría de los medios que apoyan de hoz y coz al independentismo, viven de las subvenciones de la Generalidad. ARA recibió el año pasado 500.000 euros, cifra que rebasa ampliamente el 50% de sus ingresos. El problema añadido es que, a instancias de la CUP, el Parlamento catalán decidió en junio supeditar el cobro de esas subvenciones a la inserción de la publicidad institucional del referéndum. En el famoso estanque dorado catalán, a eso se le llama "llibertat d'expressió".

De modo que el ARA se enfrenta a un auténtico dilema: pedir perdón y volver a ponerse de rodillas ante los Puigdemont de turno, o resignarse a perder ese medio millones y, quizá, cerrar el tenderete. Claro que siempre cabe la posibilidad de que el magnífico Rodés abra la faltriquera y suelte la pasta para mantener vivo el diario a su costa, que seguro que sí, seguro que eso es en lo que está pensando ahora mismo, sobre todo viendo lo bien que le está tratando la tropa indepe. "Después de tantas portadas con el #NoTincPor por bandera, después de una cantidad bárbara de artículos sobre el prusés al grito de "ni un paso atrás" ahora ya saben que Fernandito Rodés prefiere salvar la chequera y continuar siendo español antes que defender la mínima transparencia informativa y la libertad política del país", ha escrito un tal Bernat Dedeu, uno que va de independentista salvaje, filósofo de guardia y Sostres del prusés. ¡Toma del frasco!

Ni que decir tiene que si hay un responsable en la deriva hacia el abismo de unos medios de comunicación catalanes uncidos al yugo del separatismo ese es Rodés, siempre por detrás, claro está, de ese gran impostor que es el conde de Godó, editor de La Vanguardia. Fernando Rodés Vilà, 57, es uno de los seis hijos de malogrado Leopoldo Rodés Castañé, ex presidente de la Fundación MACBA, empresario, mecenas y cabeza visible de la alta sociedad barcelonesa e incluso madrileña. Vicepresidente del Grupo Havas, quinto grupo de comunicación mundial, Fernando se sienta en los consejos de muchas otras empresas, además de asesorar en sus ratos libres al Govern en políticas medioambientales. Casado con una hija de Cristina Macaya (beautiful people de toda la vida), los amigos madrileños, todos tan ricos como él, del dueño del independentista ARA son legión. Cosas que pasan en este curioso país.

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