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El Buscón

José Enrique Serrano o cómo virar de González a ZP y de ZP a Pedro Sánchez

La mayoría de los diputados que se decantaron por Eduardo Madina en su carrera hacia la secretaría general del PSOE no quiere perder pie ya que se arriesgan a ser eliminados de las listas en la próxima legislatura. El caso es que hay un grupo reducido de leales que no se ha cambiado de bando, hay otro grupo de parlamentarios que busca el momento propicio para dar el salto y los hay también que no han esperado a que Pedro Sánchez se haya sentado en la secretaría general para ponerse a su disposición y rendirle pleitesía.

Pertenece a este último colectivo el exministro de Trabajo Jesús Caldera. Después de respaldar a Eduardo Madina durante la carrera abierta para sustituir a Alfredo Pérez Rubalcaba, ahora comenta a compañeros que apostaron desde el principio por Pedro Sánchez que ambos comparten un proyecto para el PSOE bastante similar y que está dispuesto a remar en la dirección que marque el nuevo líder. El exministro de Zapatero, de hecho, fue el primero que la semana pasada salió en defensa de Sánchez cuando el también exministro Ramón Jáuregui, desde la distancia del Parlamento de Estrasburgo, le afeó haber obligado a los eurodiputados socialistas a votar en contra de Jean-Claude Juncker como presidente de la Comisión Europea. En el Grupo Parlamentario Socialista extrañó esta salida tan impetuosa de Caldera, teniendo en cuenta el revuelo que la polémica decisión del nuevo secretario general del PSOE sembró en la delegación española del Parlamento europeo.

Filtro imprescindible para los lobbies

Pero el trasvase de fidelidades que más está impactando en las filas del Grupo Socialista es el del diputado José Enrique Serrano, exjefe de Gabinete de Felipe González en La Moncloa y después de Zapatero. Serrano comentaba hasta hace una semana a todo el que quería oírle que Eduardo Madina reunía todas las cualidades que suelen acompañar a un buen líder político y que veía en Pedro Sánchez a un joven ambicioso, pero necesitado todavía de mucho rodaje. El caso es que después de su triunfo frente a Madina en la votación de los militantes, todos los comentarios de Serrano para el nuevo secretario general son parabienes, hasta el punto de que ya se considera integrante de su equipo.

Los trabajos desempeñados por Serrano que como jefe de fontanería de González y de Zapatero, fueron de gran importancia, pues en ambos casos acabó siendo un filtro imprescindible para todo tipo de lobbies y empresarios interesados en acceder a La Moncloa, circunstancia que le da al cargo una influencia muy especial. Si algún día Sánchez llegara a gobernar, ya tendría de quien echar mano como guía en la Presidencia del Gobierno. “Serrano lo mismo vale para un roto que para un descosido”, asegura alguno de sus compañeros de escaño. Lo mismo para un Madina que para un Sánchez…

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