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El Buscón

Carmena ya tiene un problema con el Club de Campo: el restaurante pierde 1 millón de euros

La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena.

El nuevo consejo de administración del Club de Campo se ha constituido el martes bajo la dirección de Celia Meyer, que ha sido designada por la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, para encargarse de la gestión de uno de los espacios deportivos más importantes de la capital. Tendrá que tomar una decisión con el restaurante de las instalaciones que se ha convertido en una máquina de perder dinero con un déficit de más de un millón de euros hasta junio.

El consejo tendrá que decidir qué quiere hacer con el club en los próximos años, aunque parece que este martes sólo ha sido una toma de contacto y despachar algunos asuntos urgentes. El Club de Campo es una sociedad en la que el Ayuntamiento de Madrid, propietario a su vez de las instalaciones, tiene el 51% del capital, Patrimonio Nacional el 24% y la Sociedad Hípica otro 24%.

Una de las primeras decisiones que tendrá que tomar el nuevo consejo es el futuro del restaurante del club

Las primeras informaciones, según cuentan a este travieso Buscón, apuntan a que el nuevo Ayuntamiento pretende rescatar la concesión municipal que vence en el año 2032. Ahora Madrid quiere abrir ese magnífico espacio a la ciudadanía. Una de las propuestas, no aprobada en el programa electoral, era convertirlo en una granja escuela.

Pero los socios parece que no están dispuestos a que se amplíe su número, de unos 30.000 en la actualidad, y ya se habla de grupos organizados que van a proponer congelar el pago de la cuota por persona de 730 euros al año, después de haber comprado una acción que cuesta 3.000 euros.

Una de las primeras decisiones que tendrá que tomar el nuevo consejo es el futuro del restaurante del club. Hace algunos años, gestionado por Arturo Fernández, era un negocio rentable en el que se casaban decenas de parejas y se organizaban cientos de eventos. Pero la crisis también golpeó este negocio y Arturo Fernández, que pagaba 300.000 euros al año por la concesión, tuvo que dejar el local.

El Club de Campo convocó un concurso a cinco años y con el pago de un canon del 3% de las ventas, siempre que no superara los 3 millones de euros. En ese caso el precio del canon subía hasta el 8%. Se presentaron dos empresas que finalmente abandonaron antes de tomar posesión. La plantilla del restaurante es de 50 personas.

Posteriormente, el club convocó un procedimiento negociado al que invitó a cuatro empresas. La multinacional Eurest fue la elegida. Los ingresos y los gastos eran para el club, y la empresa gestora se llevaba un tanto por ciento de las ventas. El procedimiento, ideado por el actual gerente, Alfonso Segovia, ha resultado ser un desastre. Las pérdidas, a costa del club, parece que superan el millón de euros. Segovia que está considerado como un protegido de Ana Botella, sigue como gerente.

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