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El Buscón

¿Por qué no un ministerio para Cataluña al estilo del escocés?

Artur Mas, rodeado de banderas catalanas

La "carpeta de Cataluña" es, sin duda, una de las prioridades de Mariano Rajoy en este momentos. El pleno del Congreso del día 8, en el que se rechazará la demanda nacionalista del traslado de poderes para celebrar un referéndum centra ahora la actividad del grupo parlamentario del PP. La cita de las europeas es el segundo jalón del calendario. Y la fecha del referéndum independentista del 9 de noviembre, el tramo más importante de la escalada. Moncloa maneja estos tiempos dentro de un plan global, que se circunscribe a dos líneas fundamentales: firmeza frente al plebiscito ilegal y no cerrarse a la posibilidad de un diálogo dentro de la Constitución.

Llegan a Madrid con insistencia los emisarios desde Cataluña. La vía del diálogo, oficial o paralelo, con el núcleo duro de Artur Mas está rota. Ni Homs, ni Rull ni Puig tienen ya acceso al equipo de Rajoy. Tan sólo Moragas se deja ver, de cuando en cuando, por Barcelona y mantiene algunos contactos con empresarios próximos al nacionalismo.

Entre estos visitantes de relevancia que se acercan al entorno del presidente del Gobierno se desliza últimamente la sugerencia de crear un ministerio para Cataluña, al estilo del de Escocia que forma parte del Gobierno británico. No sería ahora el momento, según señalan las fuentes que ilustran a El Buscón, pero es un asunto a tener en cuenta. Los paralelismos Escocia-Cataluña han de ser evitados al menos hasta que se celebre el referéndum escocés. Pero la creación de una cartera para Cataluña permitiría dar mucha más relevancia a la presencia del Estado en esa comunidad, cuya población no nacionalista se siente abandonada de la Adminsitración central.

Otras reclamaciones

Quienes promueven esta posibilidad son conscientes, y así se lo han comunicado a sus interlocutores en Moncloa, de las dificultades que entrañaría la creación de este departamento, ya que surgirían reclamaciones desde otros territororios en la misma dirección.

Pero contrarrestar la insistente propaganda oficial que lleva a cabo el gobierno nacionalista en Cataluña, con su empeño en dibujar a España como un vecino que roba o que es prácticamente el 'enemigo', resultaría mucho más sencilla con una presencia constante y de alto nivel del Estado en esa comunidad.

Cinco ministros y de nuevo la vicepresidenta van a pasar por Cataluña esta semana para activar la campaña electoral de las europeas. La orfandad política y espiritual que viven los catalanes no nacionalistas es un clamor. "Solo se acuerdan de nostros cuando hay elecciones", comentan con insistencia. Un ministerio 'ad hoc' para la comunidad resultaría de enorme eficacia. Rajoy no es dado a los grandes pasos ni a las mudanzas sustanciales. Y no hay puntos de similitud con el Reino Unido en la estructura territorial del Reino de España. Pero hace unos meses David Cameron decidió sustituir a Michael Moore, algo 'blandito' para los tiempos que corren, por el combativo y brioso Alistair Carmichael, un político a la vieja usanza, duro, firme, de colmillo retorcido, nada sutil y abiertamente campechano.

Superado el escollo de la fatídica fecha del 9 de noviembre, la posibilidad de pensar en esta cartera para Cataluña puede cobrar cuerpo. La movilización social que prepara la Asamblea Nacional de Cataluña, el 'brazo desamardo' de ERC para mostrar músculo en las calles, inquieta en forma creciente en los centros de decisión del Partido Popular. Conforme avance el año, es muy posible que esta inquietud se torne en creciente preocupación. Y habrá que recurrir a nuevas estrategias y a herramientas distintas para hacer frente a este desafío. La ley en una mano y la política en el otro, señalan las fuentes mencionadas.

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