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El Buscón

Enrique Lasarte presumía de dilatada "experiencia bancaria" en sus tratos con la mafia china

La Operación Emperador ha dado ya más de un susto a conocidos apellidos de las finanzas 'patrias'. Incluido alguno que ya tenía experiencia en eso de tenérselas que ver con la señora de la balanza y los ojos vendados. Me refiero a Enrique Lasarte Pérez-Arregui, el que fuera consejero delegado de Banesto y uno de los hombres de confianza de Mario Conde cuando éste dirigía la entidad. Todo apunta a que Lasarte, que ya fue condenado en su día por el caso Banesto, tendrá que pasar de nuevo en breve por un órgano judicial, en este caso la Audiencia Nacional, para aclarar sus relaciones con la trama de blanqueo de lavado de dinero presuntamente encabezada por empresarios chinos.

De hecho, algunos medios ya han aireado que su nombre aparece de manera reiterada en el sumario que instruye el juez Fernando Andreu como uno de los supuestos clientes de la trama, y que, además, habría ido más allá, hasta el punto de actuar como intermediario para conseguir supuestamente conectar con la trama a otros acaudalados personajes ansiosos por 'lavar' su dinero lejos de la costosa mirada de Hacienda.

Lo que no se sabía hasta ahora, y por eso este Buscón lo trae aquí, es que los pinchazos telefónicos que permitieron identificarle también revelaron que el conocido exbanquero caía habitualmente en uno de los siete pecados capitales, el de la soberbia, cuando trataba con algunos de los miembros más destacados de la trama. Así, el pasado 6 de junio, poco antes de la hora de comer, los policías que seguían los pasos y, sobre todo, las conversaciones telefónicas de la ciudadana española de origen israelí Malka Mamam LevyLa Sobrina, uno de los elementos claves de la trama, le escucharon presumir de su dilatada "experiencia bancaria".

Lo hizo cuando intentaba aclarar los retrasos que estaba sufriendo el envío por parte de un amigo suyo de una cantidad de dinero a un banco en China, paso previo e imprescindible para que ese anónimo personaje recibiera posteriormente esa cantidad en dinero contante y sonante en España sin el control del fisco. Los policías recogieron dicha conversación en un informe incorporado a la causa, en el que, además de destacar tal "experiencia", resaltaron que Lasarte también mostró "un nerviosismo papable" ante el retraso "en la materialización de la transferencia".

Los agentes interpretaron que esa desazón era "fruto" de que el exbancario, en la actualidad asesor de empresas desde su mercantil Inversiones Doya SRL, estaba "iniciando sus negocios" con la trama delictiva y aún no manejaba los tiempos de este tipo de transacciones al otro lado de la ley. De hecho, es La Sobrina, de la que no consta en las pesquisas policiales que haya trabajado nunca en un banco y menos como directiva, la que le hizo entender al 'experimentado' banquero que estos "obstáculos y dilaciones" eran habituales y no había razón para preocuparse.

El mismo día en que presumió de conocimientos bancarios, Lasarte y su interlocutora volvieron a hablar en otras dos ocasiones. En una de ellas, el excolaborador de Conde volvió a fanfarronear de sus conocimientos y contactos. En esta ocasión, de tener un amigo alemán, "un tío potente en un banco alemán", al que había preguntado cuánto tardaba una transferencia desde EEUU hasta el país asiático. A La Sobrina no le quedó más remedio que carcajearse en la cara del exbanquero y recordarle que el movimiento de dinero no lo estaban haciendo con Pekín, sino con una localidad más pequeña de China y que, por tanto, los plazos que le daba su amigo alemán podían alargarse sin que por ello hubiera que temer problemas.

Al día siguiente, el nervioso Lasarte volvió a hablar con la mujer en otras tres ocasiones sobre el mismo tema, lo que llevó a La Sobrina a comentar a una tercera persona que el amigo de Conde era "muy pesado". Una 'pesadez' que el financiero debe estar maldiciendo en estos momentos después de que tanta conversación telefónica y tan explícita le haya puesto a la vista de la señora de la balanza que tan bien conoce de su época de 'experimentado' banquero. 

Nota de la redacción

Enrique Lasarte se ha puesto en contacto con este diario a primeras horas de la tarde de este viernes para desmentir categóricamente cualquier implicación en la trama de blanqueo de dinero a través de la mafia china dirigida por Gao Ping. El alto ejecutivo bancario asegura que es “manifiestamente falsa” cualquier vinculación de su persona con la citada trama, tanto desde el punto de vista de cliente como de eventual intermediario entre ella y terceras personas. “Jamás en mi vida he hecho de intermediario de esta gente, ni cobrado una comisión de nadie”.

“El dinero al que se refieren las grabaciones policiales tiene que ver en realidad con una deuda que un amigo tenía contraída conmigo desde hace tiempo. Cuando alguien, esa señora en concreto, me ofrece la posibilidad de cobrarla mediante esa operación yo digo que sí, porque son tiempos difíciles para todos y francamente necesitaba el dinero. Eso es todo. Y mi preocupación es lógica precisamente por lo atípico del método”. Lasarte reconoce que Malka Maman “me preguntó si conocía a gente que tuviera interés en mover dinero, a lo que respondí que no. Nunca he hecho nada que tenga que ver con lo que se asegura en este Buscón. Ni he ayudado a nadie a traer dinero a España, ni he cobrado comisión alguna”.

El juez instructor no ha citado aún a declarar a ninguno de los supuestos “clientes” de la trama para que expliquen el contenido de las conversaciones intervenidas y su relación con la misma: “jurídicamente tengo la máxima tranquilidad”, afirma Lasarte. “El juez no me ha llamado y mi abogado asegura que no lo hará, dada la fragilidad de mi supuesta implicación. Juro por mis padres y mis hijos que no tengo nada que ver con la trama investigada”.

Lasarte ha puesto también de manifiesto su rotunda protesta formal por no haber sido requerido por este diario para manifestar opinión al respecto de lo dicho. Aunque el Buscón es la única sección de Vozpopuli que no lleva firma y, por su tono pretendidamente satírico, queda fuera de los patrones de tratamiento habitual de las noticias en este diario, queremos desde aquí pedirle expresas disculpas por lo ocurrido y manifestarle nuestra mayor consideración y respeto.  

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