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El Buscón

Fabra, Calabuig, Güemes: cena y revuelo en la Taberna Arrantzale de Oropesa

Eugenio Calabuig, a la derecha al fondo. Frente a él, de espaldas, Carlos Fabra.

Es lo que tiene Oropesa, cuna vacacional de mandatarios de la talla de José María Aznar, Carlos Fabra… Es conocido que el ex presidente del Gobierno y el que durante tantos años fue su líder indiscutible en Castellón veranean en esa zona del norte de la Comunidad Valenciana.

Conocidos eran los agasajos que el otrora todopoderoso Fabra servía al también otrora líder del PP y de España. Pero han cambiado tanto los tiempos que el primero ya no veranea por esos lares y el segundo brega como puede con su condena a prisión, de un año y cinco meses por fraude a la Hacienda Pública.

El ex presidente de la Diputación de Castellón disfruta desde abril de tercer grado (cumple condena en la cárcel de Aranjuez) y este verano se está dando sus homenajes. Uno de ellos tuvo lugar la pasada semana en la Taberna Arrantzale, en Oropesa de Mar.

Fabra veranea en Oropesa y no siente el más mínimo pudor por dejarse ver gracias a su tercer grado con poderosos empresarios de la zona como el dueño de Aguas de Valencia

Sus compañeros de mesa no eran precisamente desconocidos. Fabra no parece tener que esconderse de nada y allí acudió a comer con Eugenio Calabuig, el empresario que controla Aguas de Valencia y aparece en el caso Nóos como pagador de Iñaki Urdangarin a través de una de sus cuentas en Suiza.

Junto a ellos, el periodista radiofónico Luis Herrero, que también estuvo en la cena, de la que este Buscón ofrece varios documentos gráficos.

También les acompañó el ex consejero de Sanidad de Madrid, Juanjo Güemes, yernísimo de Fabra.

La cena se prolongó largo rato, como atestiguan otros comensales del restaurante con los que ha podido contactar este travieso Buscón.

Algunos de ellos se mostraron molestos (lo cuentan ellos mismos) por ver con la normalidad con la que se puede mover en España un condenado a prisión gracias a su tercer grado y por el poco pudor a la hora de evitar ser visto con poderosos empresarios o conocidos periodistas.

Fabra lo ha sido todo en Castellón, pero también es ahora un árbol caído para muchos de los ciudadanos de su provincia y región, al encarnar una de las muchas caras de la corrupción del PP en esa comunidad.

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