El hidrógeno verde será un vector clave de la energía del futuro.
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En su novela La isla misteriosa Julio Verne vaticinaba un mundo en el que al agua, a través de sus componentes, oxígeno e hidrógeno, podría convertirse en una inagotable fuente de energía y luz que sustituiría ventajosamente al carbón. Con su habitual tino a la hora de anticipar el futuro, el inmortal autor francés volvía a demostrarnos que, muchas veces, lo único que separa a la ciencia ficción de la ciencia ‘a secas’ es tiempo. Hoy, la profecía de Verne ya es una flamante realidad gracias al hidrógeno verde.
Presente en el agua, multitud de minerales y todos los seres vivos, el hidrógeno es el elemento más abundante del planeta. Aunque no se considera fuente primaria de energía, –no es posible encontrarlo en estado libre en la naturaleza–, su generación a partir de procesos químicos es relativamente sencilla, lo que convierte a este gas incoloro, inodoro y altamente reactivo en un vector clave para impulsar un modelo energético libre de huella de carbono.
Básicamente, el hidrógeno verde es un combustible limpio creado a partir de agua y energía eléctrica renovable. Su obtención se produce por electrólisis, un proceso que emplea electricidad para descomponer el agua en sus dos componentes esenciales: hidrógeno y oxígeno. Toda la electricidad empleada en este proceso es de origen renovable.
La energía que genera el hidrógeno verde es una energía 100% limpia y con cero emisiones de CO2, lo que otorga a esta fuente de energía un enorme potencial en procesos industriales y de movilidad en los que, por diferentes motivos, la electrificación no es una buena alternativa. Otras de sus ventajas es que no genera ningún residuo material, únicamente vapor de agua, por lo que es una fuente de energía 100% limpia. Además, el hidrógeno verde es un combustible muy versátil, capaz de generar distintos tipos de energía, como eléctrica, térmica, cinética, lo que hace que pueda ser utilizado para numerosas aplicaciones.
La energía que genera el hidrógeno verde es una energía 100% limpia y con cero emisiones de CO2
Entre las principales barreras que, a día de hoy, todavía ralentizan su expansión, están los costes. Según el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat), el precio del hidrógeno verde ronda los 6 o 7 euros en la actualidad. Reducir esos costes de producción pasa por una optimización de los procesos tecnológicos. Los niveles de inversión serán determinantes para lograr estos avances.
El hidrógeno verde tiene un enorme potencial de cara a la descarbonización de numerosos sectores, desde la carrera espacial, hasta el transporte pesado, los fertilizantes o el almacenamiento de energía renovable. Entre sus aplicaciones concretas, destacan las de aquellas industrias que resultan difíciles de electrificar porque trabajan con temperaturas muy altas. Industrias como la fundición de acero y otros metales, la cocción de cerámica, el vidrio, procesos químicos que incluyen calentado, el sector alimentario para hidrogenar grasas, las destilerías de whisky y otros licores o las factorías de metanol para fabricar colas y resinas de madera.
El hidrógeno verde tiene un enorme potencial de cara a la descarbonización de sectores como transporte pesado o el almacenamiento de energía renovable
El transporte es otro de los sectores que más puede beneficiarse del hidrógeno verde. Sus aplicaciones son especialmente interesantes como vía para descarbonizar el tráfico pesado por carretera o marítimo, y eliminar las emisiones de CO2 en el sector. A nivel de transporte urbano, la ciudad de Barcelona acaba de adquirir varios autobuses propulsados por hidrógeno que tendrán una hidrogenera de abastecimiento en el puerto condal. En ese sentido, la Unión Europea acaba de anunciar que exigirá un surtidor de hidrógeno cada 150 kilómetros.
Estas posibilidades auguran un fuerte desarrollo de esta tecnología durante los próximos años. Según el estudio The Fuel Cells and Hydrogen Joint Undertaking, este tipo de energía podría evitar la emisión de 560 millones de toneladas de gases de efecto invernadero, generar 820 billones de euros anuales y crear 5,4 millones de empleos hasta 2050 solo en Europa.
El apoyo de gobiernos e instituciones como la Unión Europea, unido a medidas legislativas favorables, será determinante en este despegue. El liderazgo europeo en la carrera por descarbonizar completamente la economía en 2050 puede suponer un gran espaldarazo a esta tecnología. De hecho, Bruselas se ha marcado el objetivo de producir un millón de toneladas de hidrógeno verde para 2024, cifra que llegaría hasta los 10 millones de toneladas a finales de esta década. Entre sus medidas más inmediatas, figura la instalación en territorio comunitario de 40 gigavatios de electrolizadores (los dispositivos que aplican una corriente eléctrica para producir hidrógeno a partir de agua) a lo largo de ese mismo periodo.
Tanto por condiciones climáticas como estructurales, España se posiciona como un claro candidato a liderar la producción de hidrógeno verde en el continente de los próximos años. Por un lado, sus niveles de radiación solar lo convierten en uno los países con mayor potencial fotovoltaico de Europa. Casi el 50% de la producción de energía de nuestro país tiene ya origen renovable, un porcentaje que el gobierno quiere ampliar hasta el 74% en 2030. Pero, además, el knowhow de las compañías españolas en esta materia es también uno de los más elevados de su entorno. Nuestro país concentra el 3,6% de la producción científica mundial relacionada con el hidrógeno y las pilas de combustible (sistema de alimentación y almacenamiento que usan baterías y vehículos propulsados por hidrógeno).
En los últimos meses, están surgiendo numerosos proyectos vinculados al hidrógeno verde. Proyectos como la fábrica de electrolizadores que Iberdrola y Cummins están levantando en Guadalajara. La eléctrica española también ha anunciado recientemente la creación del Clúster de Hidrógeno Verde “Puerta de Europa”, junto al Grupo Fertiberia y la Universidad de Huelva. Una iniciativa que nace con el objetivo de impulsar y desarrollar hidrógeno 100% verde en toda su cadena de valor, es decir, producir hidrógeno verde sin emitir CO2.
Iberdrola también está impulsando un polo industrial de hidrógeno verde en Palos de la Frontera (Huelva) para convertirlo en el mayor centro de España de producción, transformación y consumo de este tipo de energía. Este hub de hidrógeno verde cuenta con el apoyo de más de 80 empresas, supondrá una inversión de 2.200 millones de euros y se estima que podría crear alrededor de 20.000 empleos entre directos e indirectos.