Oficina de una startup
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Hoy en día no es nada extraño escuchar hablar de aceleración de startups, pero no todo el mundo tiene claro a qué nos referimos. Esto se debe a que esta forma empresarial es relativamente nueva y por tanto los conocimientos sobre ella son escasos entre la mayor parte de la población.
Aunque por su nombre pueda parecer algo complejo, en realidad una startup es una empresa que está en sus primeros estados de creación o está ya plenamente operativa pero es muy joven. Pero no es su edad lo único que la define, se trata de una empresa que opera en un sector en el que puede crecer de forma muy rápida, de ahí el concepto de aceleración de startups. Además, estas organizaciones están estrechamente ligadas con la tecnología.
Muchas de estas empresas se han centrado en dar respuesta a problemas muy concretos, llevando la especialización a su máxima esencia.
Un ejemplo startup es una pequeña empresa formada para el desarrollo de una app para móvil que recoja información sobre los diferentes descuentos y ofertas que tienen en marcha los supermercados e hipermercados que hay en la zona de influencia del usuario de la aplicación.
Si para toda empresa el área económica tiene una gran importancia, en el caso de estas empresas es todavía mayor.
En los últimos años se han desarrollado un gran número de startups, y esto se debe principalmente a que la puesta en marcha de las mismas es bastante económica. Al ser proyectos pequeños y muy especializados los costes son también más bajos.
Con frecuencia los emprendedores trabajan solos o en pequeños equipos, muchas veces desde sus propias casas.
Sin embargo, no siempre los emprendedores tienen a su disposición el dinero que necesitan para desarrollar su proyecto, por bajos que puedan ser los costes. En estos casos deben recurrir a fuentes de financiación externa, e incluso aquí siguen innovando. A las fuentes de financiación externa clásicas como los créditos bancarios, se suman ahora sistemas como el crowdfunding.
El objetivo de una startup es muy claro, crecer y pasar a convertirse en una pyme (o incluso en una gran empresa con el tiempo) o bien desaparecer. Esto implica que las personas detrás del proyecto deben trabajar bien y rápido.
Un emprendedor puede tener muy buenas ideas de negocio y tener claro cómo quiere desarrollar su propuesta de valor, pero en su camino se va a encontrar con múltiples obstáculos como la falta de financiación o la ausencia de conocimientos sobre algunos aspectos relacionados con el mercado al que se quiere dirigir.
En el caso de ABANCA la entidad se ha comprometido con la aceleración de startups para ayudar a los emprendedores a desarrollar su talento. Desde 2017 la entidad financiera cuenta con su propio centro de innovación en Galicia, ABANCA Innova. En estos tres años ha desarrollado varios programas de aceleración para startups del sector financiero y de seguros.
En esta tercera edición, el ‘Programa para Startups ABANCA Innova’ recibió 57 candidaturas de proyectos empresariales de base tecnológica orientados a los sectores fintech, insurtech y regtech. El programa comenzó el 11 y 12 de diciembre con un bootcamp presencial en el que respresentantes de las 19 startups internacionales elegidas recibieron formación por parte de expertos y trabajaron con las áreas de Negocio, Innovación, Participadas y Tecnología del banco intentando encontrar un encaje de sus propuestas con los retos de innovación de ABANCA.
Durante estas sesiones de trabajo también pudieron conocer más a fondo la estrategia de innovación que está aplicando el banco, lo que les ayudará a desarrollar soluciones que puedan ser de interés para el sector bancario y tener así opción de pasar a la siguiente fase del Programa para Startups de ABANCA.
Este tipo de ayudas son esenciales a la hora de ayudar a las startups a conseguir sus metas, brindándoles apoyo no solo a nivel económico, también en materia de formación. Todo ello con la finalidad de conseguir que el talento emprendedor consiga alcanzar el éxito ofreciéndole al mercado justo lo que demanda en este momento.