Tener sudores nocturnos cuando hace calor es algo normal, incluso cuando las temperaturas no son tan elevadas. Sin embargo, este síntoma también puede esconder algún problema de salud o malos hábitos. Y es que es frecuente despertarse a mitad de la noche empapado en sudor. Una situación que por lo general no es grave, aunque sí muy molesta. Eso sí, según apuntan los expertos, cuando se convierte en algo habitual y va acompañado de otras señales, lo mejor es acudir a un especialista.
El sudor es un mecanismo natural del organismo para regular la temperatura corporal. Algo que se activa, por ejemplo, en condiciones como una temperatura ambiental alta, durante el ejercicio físico o cuando comemos alimentos picantes. Sin embargo, cuando se presenta por la noche y sin un desencadenante claro, es necesario descubrir el motivo.
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Las principales causas por las que se pueden experimentar sudores nocturnos
Como decíamos, la sudoración nocturna puede estar ocasionada por la temperatura ambiental, sin embargo, es necesario escuchar las señales que el cuerpo envía, y que podrían estar indicando un problema de salud. Así lo señalan desde Vivo Labs, que indican las principales causas detrás de los sudores nocturnos:
-Estrés y ansiedad: estas condiciones son dos de los principales factores que afectan a la salud mental. Un problema que sufre un importante porcentaje de la población, y que puede provocar sudores nocturnos. Y es que, una mente hiperactivada en el momento de irse a dormir puede hacer que el cuerpo también sienta esa alerta a nivel fisiológico.
-Hipertiroidismo: esta enfermedad, que aparece cuando la glándula tiroides trabaja más de lo normal y produce un exceso de hormonas tiroideas, conlleva un aumento del metabolismo, lo que incrementa la temperatura del cuerpo que puede provocar sudoración nocturna.
-Menopausia: una de las causas más comunes de los sudores es el desequilibrio hormonal. Así, la menopausia suele estar acompañada de sudoración y sofocos. Los síntomas de este proceso pueden intentar aliviarse con ciertos fármacos específicos.
-Hipoglucemia: aunque no es una condición frecuente, si este síndrome, que aparece en situaciones en las que las concentraciones de glucosa en sangre se sitúan por debajo de lo normal, tiene lugar por la noche, puede provocar sudores.
-Hiperhidrosis idiopática: se trata de una sudoración anormal y excesiva que tiene lugar por un fallo en el sistema nervioso autónomo y que puede provocar que sudemos en cualquier momento del día, incluida la noche.
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-Cáncer: tal y como señalan desde Vivo Labs, la mayoría de los casos de sudores nocturnos esporádicos no están asociados a un cáncer, sin embargo, “en un número contado de ocasiones esto es síntoma de tumores carcinoides, leucemia, linfoma, cáncer óseo, cáncer de hígado y mesotelioma”.
-Infección por VIH: los sudores nocturnos son un síntoma común en la fase aguda de la infección por VIH, y se acompañan de otras señales como fiebre, escalofríos o diarrea.
-Tuberculosis: los sudores nocturnos son uno de los síntomas asociados a esta infección, causada por una bacteria y que ataca de forma predominante a los pulmones, aunque se puede expandir a otros órganos.
-Alcoholismo: “Las bebidas alcohólicas afectan al sistema nervioso, provocando una fluctuación en la presión arterial, la frecuencia cardiaca y al temperatura corporal. Los sudores nocturnos pueden ser el resultado de la abstinencia de alcohol o la intolerancia al alcohol”, señalan.
-Consumo de ciertos medicamentos: algunos fármacos, como los antidepresivos, los esteroides o los analgésicos tienen, entre sus efectos secundarios, la sudoración excesiva durante la noche.
Consejos para los sudores nocturnos y cuándo debes preocuparte
Aunque por lo general los sudores nocturnos no son algo preocupante, los expertos advierten que cuando estos persisten y/o se agravan, es necesario no ignorarlo y consultar con un especialista para descartar cualquier problema grave de salud y encontrar una solución efectiva.
Por lo general, algunas sencillas medidas como están pueden ayudar a combatir la sudoración nocturna: mantener la habitación fresca y ventilada, evitar ropa de materiales gruesos o sintéticos, evitar estimulantes como el alcohol o la cafeína antes de dormir, no consumir alimentos picantes, y controlar los niveles de estrés.
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