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Sexualidad

Sexo y sueño: así afecta cómo duermes a tu apetito sexual

Cuando mantenemos relaciones íntimas se produce un cóctel de hormonas muy beneficioso para dormir mejor por lo que sexo y sueño van de la mano

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Sexo y sueño: así afecta cómo duermes a tu apetito sexual. Pixabay

Sexo y sueño tienen una estrecha relación. Cuando dormimos mejor, nos sentimos con más energía y por lo tanto, nuestro deseo sexual aumenta. Además, el sexo también nos ayuda a dormir mejor y conciliar con más facilidad el sueño. ¿Por qué? Se sabe que el sexo o las actividades sexuales liberan en nuestro cuerpo muchas hormonas que nos hacen sentir bien y que nos ayudan a aliviar el estrés y a estar más relajados. Estas hormonas se conocen como oxitocina, la hormona del amor, y endorfinas, estas nos hacen sentir felices. 

Ese cóctel de hormonas que se genera durante el sexo nos lleva a un estado agradable y somnoliento, que promueve que tengamos más ganas de dormir. Por lo tanto, alcanzar un orgasmo antes de que llegue la hora de apagar las luces puede llevarnos a un estado placentero y relajado, haciendo que el inicio del sueño no suponga ningún esfuerzo.

¿Has oído hablar del ‘coma post-sexo’? Quizás hayas experimentado este estado de gran relajación después de tener relaciones íntimas, que te ha ayudado a entrar en un sueño tranquilo ausente de preocupaciones. Pues sí, has acertado, las relaciones sexuales pueden ayudar también a combatir el insomnio.

Este estado de relajación y somnolencia que se suele sentir después de haber llegado a un orgasmo también se puede conseguir mediante la masturbación. Lo que puede ser relevante para los cuatro millones de españoles que afirman tener un trastorno del sueño crónico o grave, según una encuesta realizada el año pasado por la Sociedad Española de Neurología (SEN). 

Las hormonas que libera nuestro cuerpo después del sexo también tienen otros beneficios que pueden mejorar nuestro bienestar. Entre ellos, la reducción de los niveles de cortisol en nuestro cuerpo, la conocida como hormona del estrés, y el fomento de los sentimientos de cercanía e intimidad con nuestra pareja. Todo esto favorece el sueño y nos ayuda a sentirnos seguros y tranquilos al final de un largo día. 

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Sexo y sueño van íntimamente relacionados.Pixabay

Sexo y sueño van de la mano

Todos estos datos demuestran que el sueño y el sexo están tan estrechamente relacionados y que puede producirse un efecto directo en el otro si hay ausencia de uno de ellos. Las investigaciones demuestran que tenemos 20 veces más probabilidades de sufrir ansiedad y cuatro veces más probabilidades de sufrir depresión si estamos privados de sueño. No dormir lo suficiente nos genera cambios bruscos en el estado de ánimo y nos hace estar además menos atentos y concentrados para las tareas cotidianas.

Dormir mal, tener problemas para conciliar el sueño o despertarse mil veces durante la noche puede hacer que el agotamiento se acumule a lo largo de unos días, semanas o meses, y suele estar causado por elecciones de estilo de vida poco saludables o por el estrés relacionado con el trabajo o la vida personal. 

Suele afectar a las personas que duermen seis horas o menos cada noche y puede provocar problemas de salud a largo plazo, tanto en nuestra salud física como en la salud mental. Y todo esto también puede repercutir directamente en nuestra vida sexual, ya que la ansiedad y el estrés pueden matar la libido y reducir nuestro apetito sexual. Es una pescadilla que se muerde la cola: si dormimos mal, tendremos menos apetito sexual, y si tenemos menos sexo, puede que también durmamos peor. 

Según una encuesta reciente realizada este 2022 por We-Vibe, los españoles califican su propio deseo sexual con una media de 6,9 sobre 10. Aunque no es una mala nota a niveles globales, debemos tener en cuenta que la falta de deseo sexual puede provocar tensiones emocionales en las relaciones y causar conflictos con la pareja. 

¿El sexo mejora el sueño? 

Al reservar tiempo para nuestra vida personal, nos permitimos un espacio para digerir el día y hacer algo que nos guste. Nuestro cuerpo necesita melatonina y serotonina para poder dormir bien por la noche. La melatonina se segrega en ausencia de luz, mientras que la serotonina se crea con la luz natural del día, el ejercicio y el sexo

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Cuando llegamos al clímax aumenta nuestra sensación de somnolencia.Pixabay

Entre los consejos de los expertos se debe tratar el dormitorio como un espacio de relajación para disfrutar del sexo y del sueño, y evitar trabajar o consumir cualquier cosa que pueda promover el estrés y así evitar construir una asociación negativa al dormitorio. Cuando dormimos bien, estamos ayudando a nuestro cuerpo a mantener los niveles de cortisol bajo control. Esto nos ayuda a empezar el día sintiéndonos equilibrados, refrescados y listos para afrontar cualquier situación nueva o estresante. 

De acuerdo con un estudio sobre sexo como terapia del sueño de Michele Lastella, del Instituto Appleton para Ciencias Conductuales en la Universidad Central Queensland, más del 60 por ciento de las personas que alcanzaron el clímax durante el sexo antes de acostarse, reportaron una mejor calidad general del sueño.

En el caso de las mujeres, mantener relaciones sexuales antes de dormir les ayuda mucho más, ya que aumentan los niveles de estrógenos, mejora la etapa REM del sueño y promueve un sueño más profundo. En el caso de los hombres, la investigación ha podido ver que también es habitual un sueño profundo en su caso tras el coito. 

La disminución de los niveles de estrés y ansiedad favorece el apetito sexual y una libido sana. "El sexo y el sueño van de la mano y si podemos trabajar para apoyar uno, el otro florecerá. Si se descuidan, puede ser fácil entrar en una espiral de estrés de la que resulta difícil salir", nos explica Johanna Rief, directora de empoderamiento sexual de We-Vibe a nivel internacional. La buena noticia es que se puede recuperar el sueño y hay muchas opciones diferentes para mejorarlo sin necesidad de medicación. 

Los expertos suelen animar a buscar métodos holísticos y a ver los problemas de sueño como una señal de que algo no está equilibrado. Esto podría ser mentalmente pero también físicamente, al analizar la dieta y cualquier deficiencia que el cuerpo pueda estar experimentando. También el sexo se podría considerar como una terapia natural para potenciar las hormonas del bienestar y volver a disfrutar de un buen sueño.

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