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Sexualidad

Atracción emocional sin atracción física: ¿es posible?

El deseo y el amor van más allá de la atracción física, pero es cierto que cuando esta no existe por ninguna persona puede deberse a factores muy diferentes que conviene conocer

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Atracción emocional sin atracción física: ¿es posible? Pixabay

Sentir atracción por otra persona es lo más habitual y esta suele comenzar siendo una atracción física. Hablamos de esa fuerza irrefrenable que sentimos en nuestro interior y que en la mayoría de ocasiones es irracional y que nos lleva a fijarnos en otra persona y que nos provoque toda una serie de emociones. Pero también puede producirse una atracción emocional que en ocasiones no lleva de la mano la física. 

Partimos de la base de que sentirse atraído por otro es querer estar cerca de esa persona. Alguien nos puede atraer por motivos físicos, sexuales, psicológicos, intelectuales o emocionales y no siempre esa atracción terminará en una relación sentimental o en sexo (podemos sentirla por un amigo, por ejemplo). Las razones por las que nos gusta alguien pueden ser también muchas y van desde algo sensorial (un olor, una voz…) a algo físico, más romántico, sentimental…

Según una investigación de la Universidad de Lübeck, en Alemania, cuanto más conseguimos conectar con el mundo emocional de otra persona hasta el punto de descifrar sus sentimientos, mayor es la atracción que sentimos. 

Atracción física o emocional

La física es la que nos mueve muchas veces sin buscarlo ni quererlo a intentar pasar tiempo con otra persona con la que hay una conexión sexual. Se buscan gestos que provocan cercanía, besos, abrazos, caricias y el nivel de intensidad depende de la relación que se establezca con la otra persona, de si esa atracción es correspondida o no y de hasta dónde se quiere llegar en esa inicial atracción meramente física. 

Atracción emocional sin atracción física: ¿es posible?
La atracción física muchas veces es algo irracional e inconsciente.Pixabay

Incluso en este tipo puede haber un componente inconsciente. Seguro que en alguna ocasión te ha pasado que te gusta otra persona y ni siquiera sabes por qué. Es lo que se llama química y es algo que nos hace conectar de manera muy fuerte a veces incluso solo a través de una primera mirada sin ningún tipo de explicación.

La emocional es el deseo que tenemos de estar cerca de otro por su manera de ser, su personalidad, su inteligencia o sus valores, entre otros motivos. Es una conexión que va mucho más allá de lo físico o lo sexual y suele ir unida a sentimientos y emociones con mayor profundidad. Se admira al otro, se quiere compartir cosas con él o ella y se siente que la relación puede aportarnos más que un simple encuentro íntimo.

¿Van siempre unidas?

Para nada. Se puede sentir un deseo sexual o físico por alguien y que con el paso del tiempo eso no vaya a más y viceversa, que se empiece sintiendo una conexión más emocional o intelectual y que poco a poco vaya surgiendo algo más físico. El amor es una mezcla perfecta de los dos, pero ya sabemos que cada pareja es un mundo y cada uno lo vive a su manera. Pero está claro que cuando queremos ir más allá con alguien y pensamos en tener una relación siempre hay una implicación emocional o romántica y una más física y sexual. Esa persona es la que nos gusta a todos los niveles. 

Pero tenemos que saber que lo más habitual es que si una de las dos prevalece sobre la otra, en el largo plazo se puedan producir conflictos o malos entendidos entre ambos miembros de la pareja. Y es cierto que con el paso de los años (esto no siempre es así porque ya sabemos que cada relación es un mundo), la atracción físico y el deseo vayan disminuyendo debido a la rutina diaria, a las discusiones que pueda haber en la pareja o su entorno, a problemas de comunicación o externos a la pareja (económicos, laborales…) o a un distanciamiento de la pareja que algunas veces, si no se pone solución a tiempo, puede derivar en una ruptura.

Las etapas del amor no siempre son claras pero el enamoramiento no suele durar para siempre y lo que muchas veces comienza siendo algo más físico, poco a poco puede irse convirtiendo en algo más romántico, con más sentimientos de cariño que sexuales. Por eso, es básico que las parejas ‘trabajen’ su relación, que hablen de lo que les preocupa y que entiendan por qué en un momento ese deseo quizá ya no es el que era al inicio de la relación de pareja. 

Atracción emocional sin atracción física: ¿es posible?
En una relación, lo ideal es que haya atracción física y emocional.Pixabay

¿Y si no hay atracción física?

El interés físico o sexual que nos puede generar alguien viene determinado por factores como la imagen personal (una persona bien cuidada, que huele bien, que viste de manera correcta o que nos gusta su estilo… todo eso denota una buena autoestima y suele resultar muy atractivo para los demás); el atractivo físico (cada uno tiene unos gustos y hay personas que nos pueden resultar atractivas y a otras no lo harán); sus gestos (su forma de mirar, de reír, de hablar… esas conductas no verbales que nos hacen sentir atraídos por el otro); los sentidos (el olor, la ‘textura’ del otro, la química); sentirnos correspondidos y que el otro manifiesta interés también.

Hay veces en las que la atracción física o sexual no aparece desde el principio pero luego puede llegar y se puede trabajar. Además, no todos los que se atraen mucho en un principio luego van a terminar teniendo una relación más profunda o emocional que implique más sentimientos.

Por esto, no pasa nada por no sentirnos atraídos físicamente por alguien pero sí de manera emocional, aunque cuando hay una falta de deseo sexual constante deberíamos consultar a un profesional. Esto puede ser debido a muchos factores: desde factores psicológicos a un pico de estrés en el día a día, un bloqueo por una mala experiencia del pasado o incluso que seas asexual (se siente atracción emocional e intelectual pero no sexual. Según el Instituto Superior de Estudios Psicológicos, un uno por ciento de la población es asexual) o demisexual (que necesites una relación afectiva para experimentar el deseo físico). 

El problema aparece cuando la persona que no siente esa atracción se siente frustrada y le genera conflictos con ella misma o con los demás y sus relaciones. Ahí es cuando deberías pedir ayuda a un especialista que evalúe qué te está sucediendo.

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