Hablar de sexo ha dejado de ser un tabú para muchas personas, pero para otras continúa siendo un tema complicado de afrontar debido a ciertas convicciones personales, a la educación recibida o a la vergüenza que puede provocar tratar algunas cuestiones que tienen que ver con las relaciones sexuales con la pareja o con un médico especializado. Para esto existe la figura del sexólogo, en cuya consulta el paciente puede habla sobre estos asuntos, tanto de manera individual como con su pareja si la tuviera.
Además de resolver dudas sobre sexualidad, el sexólogo también ayuda a redescubrir las relaciones de pareja y a llevar a cabo determinadas terapias que favorezcan la resolución de determinados problemas más específicos.
La falta de comunicación en una pareja suele ser uno de los motivos más importantes a la hora de enfrentarse a un problema y son muchas las que se avergüenzan a la hora de ir a un profesional que les pueda orientar y mejorar así su relación. Por eso, queremos resolver cinco de las cuestiones sexuales más comunes en las consultas de los sexólogos y tal vez te hayas planteado en más de una ocasión.
¿Se puede aumentar la libido de manera natural?
Quizá esta sea una de las preguntas más frecuentes a la hora de sentir que el deseo sexual propio o de la pareja ha sufrido una caída en picado. Los motivos de la disminución en la libido son muy variados y abarcan desde el estrés en un momento puntual, la ansiedad, la toma de algunos medicamentos para tratar otras dolencias, hasta una baja autoestima o la menopausia en el caso de las mujeres.
Aunque lo ideal es acudir a un especialista para comentarle este problema que complica las relaciones de miles de personas en el mundo, también hay soluciones naturales que pueden ayudar a aumentar las ganas de mantener sexo en un determinado momento. Llevar una alimentación saludable, rica en proteínas y baja en grasas, y hacer deporte mínimo tres veces a la semana mantiene el deseo en un punto más alto de una forma absolutamente natural.
Un estilo de vida 'healthy' siempre facilitará que la libido se mantenga como nosotros deseamos. Además, como ayuda ‘extra’ se puede recurrir a la estimulación visual, olfativa y auditiva junto a la pareja o uno solo que haga aumentar la excitación.
¿Cuál es la frecuencia ideal en el sexo?
Esta pregunta tiene una respuesta bastante sencilla: la calidad es mejor que la calidad. Esta cuestión se plantea por igual entre hombres y mujeres, que creen de manera equivocada que si se tienen más relaciones sexuales, se sentirá una mayor satisfacción. Obviamente, la frecuencia en este aspecto depende también de múltiples factores, como la edad, si la pareja está casada o no, los años de convivencia, o factores externos y que tienen que ver con una situación vital puntual (problemas laborales, estrés, enfermedades…).
Según Boston Medical Group, “por lo general, las relaciones que empiezan a fraguarse tienen una frecuencia de una o dos veces por día. Luego, la media baja a unas tres veces por semana y paulatinamente a una vez cada 15 días y hasta una vez cada uno o dos meses”.
Los sexólogos recomiendan concentrarse en la calidad de las relaciones y no en cuántas se tienen a la semana. Algunos estudios aseguran que una pareja satisfecha necesitaría mantener relaciones una vez a la semana, pero como en todo, depende de cada persona y de cada pareja. Sin duda, el grado de satisfacción es mucho más importante.
Además, la frecuencia en las relaciones sexuales no afecta a la potencia o al vigor sexual que un individuo pueda tener e incluso si se padece eyaculación precoz, no sirve de nada tener relaciones sexuales de forma más habitual, ya que no se disfrutarán como se debería.
¿Una mujer puede tener varios orgasmos a la vez?
La respuesta es: sí. La llegada al clímax por parte de la mujer es más progresiva que en el caso de los hombres y cuando sucede, cabe la posibilidad de que se produzcan orgasmos múltiples. ¿Por qué se produce esto? Se trata de una estimulación posterior casi inmediata a la llegada al clímax y como en el caso de las mujeres no existe un periodo refractario (el tiempo que tarda un hombre en recuperarse entre dos eyaculaciones), pueden tener varios orgasmos, uno detrás del otro.
La mujer no necesitaría volver a la fase de excitación primaria por lo que se encuentra en la llamada fase de meseta y se pueden dar picos de orgasmo antes de que llegue la ‘resolución’ final. No todas las mujeres viven igual la llegada al clímax por lo que hay muchas que no pueden sentir estos orgasmos seguidos de manera habitual. Lo más importante es escuchar al cuerpo y saber cuándo hay que empezar de nuevo o parar.
¿Cómo combatir una disfunción eréctil?
No hay una edad determinada a la hora de que un hombre pueda sufrir un problema eréctil (ya sea eyaculación precoz o retardada). Según International Journal of Impotence Research, la disfunción eréctil moderada o completa afecta al ocho por ciento de los hombres de más de 40 años y a un 40 por ciento de los mayores de 60. Lo primero que hay que hacer cuando se empieza a sentir que se está sufriendo este tipo de disfunción es acudir al médico y que sea él el que descarte, en cada paciente, si hay causas médicas o físicas que provocan este problema. También algunos medicamentos pueden afectar a esta reacción física de manera temporal.
Si el médico descarta una causa física para esa disfunción, lo más habitual es que esté producida por una situación de estrés o ansiedad puntual. Incluso el miedo puede provocar que después de sufrir un problema, se tema que vuelva a suceder, lo que lleva a una rueda sin fin que puede llevar al hombre a un problema aún mayor. Por esto, es mejor atajarlo cuanto antes.
El médico puede recetar algunos medicamentos para solucionarlo y también es bueno llevar una vida sana alejada del alcohol y el tabaco, en la que se incluya ejercicio y alguna disciplina que nos permita relajarnos, dormir bien y tener bajo control el estrés.
¿Por qué algunas mujeres no llegan al clímax con penetración?
Esta es una de las dudas que más atañen a las mujeres y hay muchas razones que pueden hacer que no se llegue al orgasmo únicamente con la penetración en una relación. La mayoría de las mujeres necesitan más tiempo que el hombre para llegar al clímax y algunas necesitan además una mayor estimulación directa del clítoris. Incluso una falta de concentración puntual, estrés o una postura determinada pueden afectar también a esa situación.
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