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Bienestar

Por qué no adelgazas rápido: tres cosas (avaladas por la ciencia) que no estás haciendo

El peor momento del día, hasta ahora

Si quieres perder peso lo mejor es que te alimentes de forma natural y moderada (aunque eso ya lo sabes). Huir de los procesados y ultraprocesados y comer de forma regular y sana es la clave, además de moverte.

Estas obviedades, no obstante, cuestan ponerlas en práctica, a veces, cuando nos sobra mucho peso. Los resultados tardan en verse en la báscula y nos ponemos de los nervios: ¿por qué no adelgazo? ¿Qué hago mal?

Aunque la teoría te la sabes, o crees que te la sabes, quizá hay cosas que no estás haciendo y que son tan importantes como comer de forma balanceada.

Por qué no adelgazas rápido: tres cosas que no estás haciendo

Te alimentas bien, sigues los consejos, haces algo de ejercicio... pero sientes que hay algo que te falta, que haces mal, ya que no pierdes peso con la rapidez que te gustaría.

Antes de nada, decirte, lector, que lo recomendable, en términos generales, es que pierdas un 5% de tu peso cada tres meses. Eso sí, cada caso es diferente, pues no es lo mismo que tengas obesidad a que te sobren tres kilitos.

Aunque lo suyo sería que acudieses a un experto en nutrición y dietética, te ofrecemos a continuación tres cosas que deberías hacer para adelgazar de forma rápida, avalados por la ciencia. Atento:

1) Desayuna correctamente

Cuando se trata de perder peso, la proteína es la reina, sobre todo a primera hora de la mañana, ya que te mantendrá con energía y saciado durante más tiempo.

Tu cuerpo quema más calorías al digerir y metabolizar la proteína que ingieres, por lo que una dieta alta en proteínas puede acelerar tu metabolismo hasta el 80-100 calorías por día, según este estudio. Y no sólo en el desayuno, ya que una dieta alta en proteínas también puede hacerte sentir más lleno y reducir así tu apetito, según algunos estudios.

¿Qué proteínas son ideales para desayunar? Una buena opción, barata y sencilla de cocinar, son huevos enteros. A pesar de que han sido muy vilipendiados en los últimos años, nuevos estudios demuestran que ni afectan al colesterol en la sangre ni provocan ataques cardíacos, como se venía afirmando.

Además, son uno de los mejores alimentos para perder peso. Un estudio realizado en mujeres con sobrepeso demostró que desayunar huevos aumentaba la sensación de saciedad y hacía que las participantes comieran menos durante las siguientes 36 horas.

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Los huevos duros son un estupendo comodín en cocina.

2) Vigila tus bacterias intestinales

Un área emergente de las investigaciones científicas en lo que se refiere a perder peso se centra en el papel de las bacterias en el intestino.

Algunas de estas bacterias pueden llevarnos a aumentar de peso al cambiar el comportamiento de nuestra flora con el consumo de ciertos alimentos, según este estudio.

"Lo que comemos nos llega a nosotros y a las bacterias dentro de nuestro intestino, que digieren parte de la comida que nosotros no podemos por falta de enzimas", explica Purna Kashyap, profesor asociado de la Clínica Mayo, y director del laboratorio Gut Microbioma. "Estos procesos generan calorías adicionales que la flora intestinal puede devolvernos. Por eso es una relación de mutuo beneficio en la que la bacteria nos da más provecho por lo que comemos", añade.

¿Y qué podemos hacer al respecto? Aumentar la cantidad de bacterias buenas en el intestino, como:

  • Comer más frutas y verduras: aumentar la cantidad de frutas, verduras y cereales en la dieta desencadenará en una mayor absorción de fibra y en tener más variedad de bacterias intestinales.
  • Alimentos fermentados: mejoran la función de las bacterias buenas al tiempo que inhiben el crecimiento de bacterias malas.
  • Alimentos con prebióticos: estimulan el crecimiento y la actividad de algunas de las bacterias buenas que ayudan a controlar el peso  La fibra prebiótica se encuentra en muchas frutas y verduras, especialmente en la alcachofa, cebolla, ajo, espárragos, puerros, plátano y aguacate. También se encuentra en la avena y cebada.

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3) Relájate y duerme bien

Si haces lo anterior y aun así estás aumentando de peso o, lo que es más desesperante, que a pesar de estar a dieta no adelgazas ni un gramo, quizá la respuesta esté en tus hábitos nocturnos. 

El error más usual es dormirse demasiado tarde. Das vueltas y vueltas y no consigues pegar ojo. El estrés y la ansiedad te están impidiendo descansar, y esto te hace engordar lo quieras o no. Un estudio publicado en Obesity Reviews demostró que el estrés, la falta de sueño y el aumento de peso están asociados entre sí.

El insomnio va asociado al estrés y la ansiedad, lo que también los hace aumentar de peso o no perderlo. ¿Por qué? Cuando tenemos estrés liberamos hormonas, especialmente adrenalina y noradrenalina cortisol. Al segregar estas hormonas, dormimos poco y al día siguiente nos lanzamos a alimentos repletos de azúcar, tal y como ha demostrado este estudio, lo que nos lleva a engordar.

Es decir, debes encontrar fórmulas para relajarte, y ya no sólo por tu figura, sino también por tu salud.

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Y esto es todo, lector. ¿Te ha servido de ayuda? Esperamos que sí. Si te has quedado a medias, aquí tienes una amplia selección de artículos relacionados con la pérdida de peso.

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