Quantcast

Motor

Q60 y Prototype 9, presente y futuro de Infiniti, una de las marcas con mayor crecimiento en el mercado

El Q60 2.0t rinde 211 CV de potencia y entre sus rivales están el Audi A5 o el BMW Serie 4.

No es un modelo que aporte volumen de ventas, pero sí imagen de marca. Turismos como el Q60, rival de otros más conocidos como el Audi A5 o el BMW Serie 4 Coupé, son los que dan que hablar cuando se les ve pasar, con unas líneas muy cuidadas y una imagen poderosa. Pero no solo de estética vive el Q60, sino que sobre todo se disfruta a sus mandos, con un interior tan cuidado o más que el exterior y una calidad de rodadura de altísimo nivel. Y ello con un cierto toque deportivo, con tracción trasera en el caso del 2.0t de 211 CV, una versión que hemos podido probar en un largo recorrido por carreteras de todo tipo.

Al subirnos, como es habitual en este tipo de carrocerías, el interior no resulta especialmente amplio, pero delante conductor y acompañante viajan con mucho confort. Detrás, las dos plazas disponibles permiten ir realmente cómodos a niños de corta edad o personas de poca estatura. El acceso y la salida hacia estas plazas tampoco es demasiado fácil porque el hueco que dejan las puertas y los asientos delanteros es algo pequeño. El maletero tiene 342 litros de capacidad, algo más pequeño que el de sus competidores más directos.

Diseño elegante y mucha calidad de acabados en el interior del Q60.

Lo que no falta es calidad de materiales y de ajustes, dejando una sensación muy buena a la vista. Choca tan sólo el freno de estacionamiento por pedal. En la consola hay dos pantallas superpuestas, la de arriba de ocho pulgadas que tiene como función principal mostrar los datos relativos al sistema de navegación y a la fuente de sonido seleccionada. La inferior es un poco más pequeña —de siete pulgadas— y sirve para manejar la práctica totalidad de funciones del sistema, como el ordenador de viaje, el sistema de sonido, el teléfono o el climatizador.

En marcha: confort por encima de todo

Asociado al nivel de equipamiento Premium, el más sencillo de los dos posibles, el Q60 2.0 de 211 CV tiene una suspensión con amortiguadores sin posibilidad de ajuste y neumáticos de tipo RunFlat en medidas 255/45 montadas sobre llantas de 19 pulgadas. Una combinación que no busca grandes dosis de deportividad, sino un alto grado de confort incluso a muy alto ritmo. Reacciona siempre con seguridad y transmite mucha sensación de control a sus mandos sobre asfalto en buen estado, aunque sobre aquellos en peor estado deja sentir en mayor medida esas irregularidades fruto del ajuste más bien firme de la amortiguación. Aunque no muy rápido de dirección, esta sí transmite confianza a la hora de movernos a alto ritmo entre curvas. Para una conducción más dinámica, el nivel de equipamiento Sport tiene una dirección con desmultiplicación variable, más rápida y precisa en este tipo de conducción.

Aun así, el Q60 reacciona en todo momento con mucha seguridad y progresividad en zonas de curvas. Sus 211 CV dan mucho de sí gracia a la sobrealimentación, con una respuesta muy progresiva a bajo régimen y suficientemente intensa a partir de las 4.000 rpm, pudiendo realizar adelantamientos con seguridad y afrontar cuestas pronunciadas sin que el cambio tenga que reducir marchas. Y es que acelera de 0 a 100 km/h en poco más de 7 segundos y roza los 240 km/h de velocidad máxima.

El consumo que hemos obtenido en carretera resulta además muy razonable para sus prestaciones, ligeramente por encima de los 7 l/100 km, y apenas 8 litros combinando ciudad y carretera a ritmos normales.

El Q60 tiene sistemas de seguridad y ayuda a la conducción que son habituales en vehículos similares, como la alerta por cambio involuntario de carril o el detector de señales de tráfico, pero se echa en falta algunos como el programador de velocidad activo, el detector de vehículos en el ángulo muerto o un sistema de aparcamiento pilotado

Prototype 9

Si el Q60 es el presente, este concept bautizado como Prototype 9 marca el futuro de la marca, sobre todo por lo que a la tecnología se refiere. Un monoplaza de diseño retro con detalles más actuales como la enorme parrilla frontal, pero que esconde en sus entrañas un sistema de propulsión eléctrico de última generación.

Prototype 9.

Porque este futurista Infiniti está impulsado por un motor eléctrico de 150 CV de potencia y 32,6 mkg de par, asociado a un juego de baterías de iones de litio de 30 kWh y capaz de aguantar unos 20 minutos a alto ritmo en circuito. Acelera de 0 a 100 km/h en menos de 5,5 segundos y alcanza los 170 km/h de velocidad máxima.

Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.