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Las patronales del automóvil elaboran un ‘Código de Buenas Prácticas’; la CNMC lo ve con cierto recelo

Las patronales del sector quieren elaborar un Código de Buenas Prácticas.

En un informe emitido a petición de la Secretaría de Estado de Comercio, la CNMC muestra su desacuerdo con "muchas de las propuestas" de Faconauto, la patronal de los concesionarios, y con "algunas" de las presentadas por Ganvam, la patronal de los vendedores, y Aniacam, la de importadores. 

Estas tres asociaciones, junto a Anfac, la patronal de los fabricantes, se han reunido en dos ocasiones en el Grupo Técnico de Buenas Prácticas para definir los objetivos y metodología de trabajo en torno al desarrollo del Código de Buenas Prácticas Comerciales para el Sector de Automoción, según un informe al que ha tenido acceso Efe. 

Aunque la CNMC precisa que las propuestas son muy genéricas y que no puede pronunciarse de forma definitiva sobre ellas si no es a través de un procedimiento sancionador, el informe realizado señala que algunas "buscan crear un marco de negociación colectiva para regular las relaciones entre fabricantes/importadores y distribuidores, homogeneizando las mismas". Según la CNMC, esta homogeneización "quebraría el principio de autonomía de negociación de las partes, limitaría la capacidad competitiva y de diferenciación de los distintos operadores, e incrementaría el riesgo de aparición de prácticas restrictivas de la competencia". 

El organismo regulador explica que la existencia de una "asimetría negociadora" en el sector -que denuncian Faconauto y Ganvam- no justifica "en ningún caso" una negociación colectiva entre operadores que fomente la homogeneización, ya que "afectaría a la dinámica competitiva en el sector y facilitaría la aparición de conductas restrictivas de la competencia perjudiciales para los consumidores". "Este perjuicio superaría con creces las posibles desventajas que puedan sufrir los distribuidores minoristas como consecuencia de esta asimetría", subraya el informe. A juicio de la CNMC, esto es especialmente relevante en el ámbito de la comercialización de automóviles, en el que ningún fabricante o importador tiene una cuota de mercado elevada que le conceda una posición de dominio. 

Según el organismo regulador, este hecho justifica que los fabricantes e importadores tengan la autonomía necesaria para decidir cómo configuran sus redes de distribución minorista para aumentar la eficiencia económica. Sin realizar un análisis exhaustivo, la CNMC considera que pueden ser problemáticas las propuestas que introduzcan obligaciones de transparencia significativas o que permitan a fabricantes e importadores "controlar la actuación competitiva del distribuidor minorista". También cuestiona "las que puedan convertir a las asociaciones en un cauce para el intercambio o almacenamiento de información comercial sensible" o "limiten la capacidad de los distribuidores minoristas para diferenciarse". 

La CNMC recuerda que estos planteamientos se hacen en un sector en el que "se ha acreditado la existencia de cárteles, tanto entre fabricantes y distribuidores mayoristas, para la compartición de información estratégica, como entre distribuidores minoristas de una misma marca, para la fijación de precios". 

De hecho, la CNMC multó el año pasado al sector del automóvil con 171 millones de euros, de los que 131 millones -la mayor sanción de 2015- correspondieron a los fabricantes y el resto a concesionarios y distribuidores. Así, advierte de que abrirá las investigaciones oportunas si detecta elementos en el desarrollo del Código de Buenas Prácticas que sean "potencialmente indiciarios de una conducta anticompetitiva".

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