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La DGT apuesta sin fisuras por la conducción autónoma: Barcelona será un laboratorio para su desarrollo

La conducción autónoma llegará antes a las carreteras que a las ciudades.

La Dirección General de Tráfico tiene como uno de los principales objetivos reducir la siniestralidad al precio que sea. Y entre sus muchas propuestas para lograrlo ha encontrado en la conducción autónoma uno de sus estandartes, convencida de que su implantación será una de las soluciones que más contribuya. ¿Y porqué está tan convencida la DGT de ello? Pues por los datos que maneja, que cifran que más del 90% de todos los accidentes se deben a errores humanos. Así que si se elimina el factor humano se supone se elimina el riesgo de accidente. Cree, de esta forma, que los sistemas de conducción autónoma podrían salvar miles de vidas y evitar gran cantidad de atropellos e impactos en carretera.

Para la DGT, es previsible que los vehículos autónomos inicien su andadura en las carreteras españolas en diferentes fases, antes incluso que en las áreas urbanas, que necesitarán ser mapeadas casi milimétricamente para que los coches autónomos puedan circular por ellas.

Y en este laborioso proceso de desarrollo, la DGT ha impulsado un nuevo proyecto que pretende convertir Barcelona en un auténtico laboratorio de pruebas a escala real. Junto a Mobileye, uno de los líderes mundiales en sistemas avanzados de asistencia al conductor (ADAS) y tecnologías para la conducción autónoma, iniciarán un ambicioso proyecto que pondrá en las calles de Barcelona una flota de 5.000 vehículos con la tecnología Mobileye 8 Connect.

La conducción autónoma, según la DGT, reduciría un 54% los accidentes por colisión frontal

Una flota de vehículos que tendrá como objetivo recopilar millones de datos en tiempo real recorriendo cada calle para crear un mapa de alta definición que facilitará la llegada del coche autónomo gracias a la tecnología Road Experience Management (REM).

Para desarrollar este mapa de alta definición la DGT utilizará diferentes vehículos equipados con la tecnología de Mobileye, sobre diferentes flotas de los servicios municipales o empresas de transporte, así como los servicios privados de car-sharing.

Colaboraciones como la de Mobileye ayudarán no solo a prevenir accidentes, sino que se recopilarán datos dinámicos y procesables en las calles de las ciudades, como deficiencias de infraestructura, zonas de accidentes, uso de estacionamiento, condiciones ambientales y otros riesgos. Estos datos serán analizados por la DGT y otras autoridades para preparar las infraestructuras españolas a la circulación de vehículos autónomos, además de en otros proyectos de investigación y desarrollo para explorar nuevas formas de mejorar la seguridad vial.

Según un estudio de la Dirección General de Tráfico, la incorporación de esta tecnología a la flota de vehículos podría haber evitado o mitigado 4.000 atropellos el último año, reduciría un 54% los accidentes por colisión frontal y podría haber disminuido 19.000 siniestros relacionados con salidas involuntarias de carril.

Pero para llegar a implementar esta tecnología, la DGT deberá antes regularla, sin duda un aspecto casi tan complicado como la propia tecnología. Ya se encuentra trabajando en un reglamento específico para los vehículos autónomos, pero también se está trabajando en modificar de forma conjunta la ley del seguro obligatorio y la de seguridad vial con el objetivo de ofrecer un completo soporte jurídico a todos los aspectos de la conducción autónoma.

De hecho el director de la DGT ,Gregorio Serrano, adelantó que se elaborará un nuevo Plan Estratégico del Vehículo del siglo XXI para abordar la llegada de la conducción autónoma a nuestras carreteras. Un plan que debiera recoger todas las innovaciones relacionadas no solamente con el coche autónomo, sino también con las otras muchas relacionas, por ejemplo, con la movilidad eléctrica.

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