'El ministerio del tiempo' vuelve a la parrilla para concluir su tercera temporada

Ha hecho falta todo un verano para que 'El Ministerio del Tiempo', para algunos la serie más maltratada de TVE, vuelva a la parrilla de la pública para concluir su tercera temporada. La ficción de viajes en el tiempo producida por Onza Entertainment y creada por los hermanos Olivares regresa para escudriñar la historia de España para el deleite de los ministéricos, que -FesTVal de Vitoria de por medio-, llevaban semanas preguntando por la fecha en la que se estrenaría la segunda parte de esta entrega.

La patrulla formada por Nacho Fresneda (Alonso) y Hugo Silva (Pacino) vuelve acusando la impactante baja de Amelia (Aura Garrido), obligada a dejar el Ministerio para apoyar a su familia en el último capítulo de la primera parte de la temporada. La ausencia de la inteligente universitaria la suplirá la joven Lola (Macarena García) que, protegida por Ernesto (Jaime Blanch), demostrará su valía en nuevas misiones relacionadas con la conquista de América, el encierro del Papa Luna, la Transición o la aparición de refugiados moriscos en pleno siglo XXI.

En este primer episodio, titulado 'Tiempo de censura', la patrulla se desplazará a 1961 para lograr que 'Viridiana', de Luis Buñuel, supere los impedimentos de la censura y gane el Festival de Cannes. Para ello, los miembros del equipo se harán pasar por productores estadounidenses que quieren enviar una copia del filme a Francia... pero durante la misión, se tendrán que enfrentar a sus demonios personales: Irene, a la época de la que procede; Pacino, a su infancia; y Alonso, a sus principios religiosos. 

De fondo, dos conflictos marcarán el curso de esta segunda parte de la temporada: la guerra entre las sociedades secretas de El Ángel Exterminador y los Hijos de Padilla, dispuestas a cambiar el rumbo de la historia para imponer sus reglas; y las batallas internas de los protagonistas, que seguirán intentando reconciliar el pasado que dejaron atrás con su presente en el Ministerio, cuestionándose si merece la pena salvar la historia de España.