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Ciencia

Los pilotos que volaron dentro del huracán Harvey

El Super Hercules de los “Cazadores de huracanes” penetró más de una docena de veces en el ojo de la tormenta para tomar datos. Su labor se ha vuelto esencial para ayudar en las predicciones.

El sol empieza a ponerse en el horizonte y el comandante Kendall Dunn y el teniente coronel Ivan Deroche están a punto de atravesar un muro de nubes. Lo que contemplan desde la cabina de su WC-130J Super Hercules de la Fuerza Aérea Estadounidense es el huracán Harvey en su línea de avance hacia Houston, donde sembrará la destrucción en las siguientes horas. Su intención es entrar en el ojo del huracán y permanecer varios minutos en su interior. En la parte de atrás, el sargento Erik Marcus toma un objeto cilíndrico con forma de cohete y escribe un mensaje sobre su lomo: “Harvey #1”. Pero no es un proyectil de combate, sino una de las muchas sondas que lanzarán dentro de las tripas del monstruo.

El sargento Erik Marcus escribe sobre la sonda que lanzarán dentro del huracán

El 53 Escuadrón de Reconocimiento Meteorológico, más conocido como el grupo de “Cazadores de Huracanes”, ha trabajado duro en monitorizar la actividad de Harvey, convertido en los días siguientes en un huracán que azotó el estado de Texas y dejó anegadas cientos de poblaciones. Los pilotos y la tripulación realizaron al menos doce incursiones en el ojo del huracán donde lanzaron las sondas que miden la velocidad del viento, la temperatura, la humedad y la presión. En cada una de las incursiones viajan al menos los dos pilotos, el navegador, un oficial de carga y un oficial meteorólogo para el registro de datos, que se envían cada diez minutos al Centro Nacional de Huracanes (NHC) para su análisis y estudio.

“Penetrar en el centro de la tormenta para obtener esos datos es esencial para que el NHC pueda tener las predicciones más precisas posibles”, asegura el comandante Kimberly Spusta, miembro del 53 Escuadrón. En los primeros momentos, añade, las capacidades de los satélites y los drones está limitada porque aún no han llegado o no se han situado sobre la zona, así que hay que meterse con los aviones. En el caso de Harvey, el desarrollo fue especialmente rápido y pasó de depression tropical a huracán en menos de 24 horas. “Esta tormenta se intensificó de forma rápida”, indica el piloto Kendall Dunn. “Entre un aterrizaje y el siguiente despegue las condiciones habían cambiado, así que es importante enviar al NHC los datos más actualizados y precisos que podamos”. Gracias a estos sistemas, la precisión de las predicciones del NHC han mejorado un 20 por ciento en las 12 horas anteriores a que toque tierra, algo esencial para tomar todas las medidas de emergencia posibles.

Otro del los técnicos que toma datos durante el vuelo

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